sábado, 15 de mayo de 2010

Otros Poemas

EL ADIÓS.
Corte una brizna de brezo
Murió el otoño recuérdalo
Ya nunca más volveremos
A vernos en esta tierra
Brezo en brizna olor del tiempo
Y recuerda que te espero.
Guillaume Apollinaire


Bajo el pont Mirabeau corre el Sena
Y nuestros amores
Para que recordar
Siempre llega la alegría
Después de la pena.
Guillaume Apollinaire.
Se necesita un trébol y una abeja
Para hacer una pradera…
Hagan esta cama amplia y con temor
Excelente y buena
Mientras llega el día del juicio.
Emily Dickinson.


La pelota que lance de niño
Cuando jugaba en el parque
Aun no ha terminado de caer…
Dylan Thomas.


Nada sucede sin dolor
Sin dolor no hay consciencia.
Joseph Beuys.

Seré tu pan, tu panadero.
El que te tumba y te levanta.
Anónimo.


“Se dice y es verdad, que cuando vamos a nacer, viene un ángel que apoya su dedo índice sobre nuestros labios y dice: “Calla, no digas nada de lo que sabes; de lo que has visto…” Por eso cuando nacemos tenemos una fisura en el labio superior y no recordamos nada del sitio de donde provenimos y al cual vamos…”
Roderick Mac Lesish. “Príncipe Ombra”


“Los vicios humanos, tan llenos de horror como se les supone; Contienen la prueba de nuestro deseo de infinito...” Charles Baudelaire. “Los paraísos artificiales”


“Si Vica viene dile que me espere. Digo, si tú la ves, porque es ligera, porque es discreta y leve, como un aroma, ves, como la brisa… Como la lluvia en el cristal hermano.
Si Vica viene, dile que la quiero… Que no la olvido, nunca, que este en la verja del jardín sin falta, que allí me espere…”
Eliseo Diego. “Recado para quien ya no esta.”


“La ciudad no es como la vemos sino como la recordamos…”
XEB “La estación del buen tono.”


“Convierto esas imágenes de mis pensamientos en una imagen que es mía; como si la inventara yo mismo, según mi dulce manía de creer que soy siempre el sujeto de lo que pienso…” Gastón Bachelard.


“¿Quien no ha sido encantado durante toda su vida, por ciertas palabras para siempre impenetrables?” Georges Jean.


“Estaban mirándose, a través del tiempo que no puede ser medido ni separado… estaban inmóviles y permanentes…
La existencia del pasado depende de la cantidad de presente que le dediquemos…
La idea de que ni siquiera los pasados pueden conservarse inmutables…
Lo que estaba debajo de las palabras con su pasado y su futuro…”
Juan Carlos Onetti. “Los adioses”


“Nos queda un residuo terrestre e impuro… Por que todo lo humano cesara…
Ni un ángel podría desunir esta doble naturaleza. Solo el eterno amor… Una nube de niños benditos vino a recibirme…
Todo lo perecedero no es más que un símbolo…
Un mensajero de amor anuncia la obra eterna que nos alumbra… Los demonios ya huyeron, regocijaos, hemos triunfado…” J. W. Goethe. “Fausto”


“Adieu madame, hasta otra vez. Quizás dentro de mil años seremos más fuertes y menos imperturbables. Vuestra belleza crecerá todavía más…
He rodado por acá y por allá después de todo eso. He visto ojos de todas las clases, pero no he vuelto a ver otros semejantes a los de Abelone. Ellos contenían todo. ¿Has oído hablar de Venecia? Yo te digo que esos ojos hubieran traído Venecia a esta habitación...
El padre de Abelone se informaba acerca de los espíritus de igual manera que se pregunta a uno por la salud de sus familiares…
Hemos alejado de nosotros nuestros bienes más preciosos porque teníamos todavía muchas cosas que hacer antes… Ha pasado el tiempo y nos hemos acostumbrado a bienes menores…
Dios mió pensé, esta aquí su madre. Ella le hablaba, quizás había apoyado ligeramente la cabeza sobre su hombro. Dentro de un momento, ella iba a colocarle en la cama…
¡Ah! Que existiera esto, que hubiese un ser tal ante quien las puertas ceden de un modo distinto que ante nosotros… El sorprendimiento reciproco entre la madre y el hijo…”
Rainer Maria Rilke. “Los cuadernos de Malte Laurids Brigge”


“Así el dolor que es imposible en el ser inorgánico, es posible en la vida orgánica. Todas las cosas son buenas o malas por comparación. Para ser felices debemos haber padecido hasta ese mismo punto. El dolor de la vida primitiva en la tierra es la única garantía de beatitud para la vida definitiva en el cielo…” Edgar Allan Poe.


“¡Que importa la perdida del campo de batalla! Aun no esta perdido todo ¿Conservando una voluntad inflexible y un valor que no cederá, ni se someterá jamás, puede decirse que estamos vencidos? Ni su cólera, ni su poder podrán jamás arrebatarme esta gloria; no me humillare, no implorare su perdón…
¿Y si nuestro vencedor a quien empiezo a creer todopoderoso, pues que solo un poder como el suyo es capaz de domar a otro como el nuestro, nos hubiera dejado nuestro espíritu completo para que podamos sufrir nuestras penas?…
Menguar es mostrarse débil, ya en las obras o ya en el sufrimiento. Ten por seguro que nuestra misión no consistirá en hacer el bien, nuestra única delicia será siempre el mal, por ser lo contrario de la voluntad de aquel a quien resistimos…
Procuremos salir del hervidero de estas oleadas de fuego y descansemos allí, si es que allí puede existir el reposo. ¿Esta es la región, el país, el clima, esta es la mansión que debemos trocar en cielo, esta desdichada oscuridad por luz celeste? Lo que más nos aleje de Él será lo mejor. ¡Adiós campos afortunados, donde existe una felicidad eterna! ¡Salud horrores! El espíritu lleva en si mismo su propia casa y puede en si mismo hacer un cielo del infierno o un infierno del cielo. ¿Qué importa el sitio donde yo resida, si soy siempre el mismo y el que debo ser, si lo soy todo, aunque menor que aquel a quien el rayo ha hecho mas grande? Aquí podemos reinar con seguridad y a mi parecer, reinar es digno de aprobación aunque sea el infierno, por que vale mas reinar en el infierno que servir en el cielo…” John Milton. “El paraíso perdido”


Seria un bello trabajo el que se hiciera sobre los malos escritores y sobre los medianos. Una filosofía de lo malo, de lo mediano y de lo vulgar seria de la mayor importancia…”
Novalis.


BEBIENDO SOLO BAJO LA LUNA.
Rodeado de flores, bebo solo,
Alzando la copa, convido a la luna.
Con mi sombra somos tres.
Aunque la luna no puede beber,
Y mi sombra me sigue en vano,
Las tomo por compañeras transitorias.
¡Seamos felices antes de que pase la primavera!

Canto mientras la luna pasea.
Bailo, mientras mi sombra vacila…
Cuando estoy ebrio, se deshace nuestra compañía.
¡Oh luna! ¡Oh sombra!
Serán mis inmortales amigas.
Ya nos reuniremos algún día,
En el cristalino mundo de las estrellas.
Li-Po.


NOSTALGIA EN UNA NOCHE SILENCIOSA.
Brillantes luces inundan mi lecho.
¿Será la escarcha sobre la tierra?
Alzo los ojos y veo la luna
Al bajar la cabeza, añoro mi hogar.
¡Que difícil es el camino!
Que arduo es el sendero!
Que numerosas son las encrucijadas!
¿Como voy a encontrar la salida?
Algún día navegare viento en popa
Y atravesare el inmenso océano, y estará
La vía Láctea cayendo de lo más alto del cielo.
Li-Po.


Una súbita llamarada inundo mi cuerpo,
Y por unos veinte minutos creí,
Tan grande era mi felicidad,
Que estaba bendito y podía bendecir…
Cosas hechas o dichas hace mucho,
O cosas que no hice ni dije
Sino pensé decir o hacer,
Me agobian y no pasa un día sin que
Alguna rememore, con asombro de mí
Consciencia o vanidad.
William Butler Yeats.



OLIVERIO GIRONDO; POEMAS.


NOCTURNO.
Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía mas solos. Telarañas que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote hueco que los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón. ¿A que nos hace recordar el aullido de los gatos en celo, y cual será la intención de los papeles que se arrastran en los patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras, y en que las cañerías tienen gritos estrangulados, como si se asfixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad, en el espanto que sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles para que tuvieran tiempo para acurrucarse en los rincones. Y a veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas, tienen algo de siniestro y uno quisiera rozarse a las paredes, como un gato o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el lomo, y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura comparable a la de acariciar algo que duerme. ¡Silencio! -Grillo afónico que nos mete en el oído-. ¡Cantar de las canillas mal cerradas! –Único grillo que le conviene a la ciudad-.


EXVOTO.
Las chicas de Flores, tienen ojos dulces, como las almendras azucaradas de la confitería del Molino, y usan moños de seda que les liban las nalgas en un aleteo de mariposa.
Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos, para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el sexo se les caiga en la vereda.
Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar del ramaje de hierro de los balcones, para que sus vestidos se empurpuren al sentirlas desnudas, y de noche, a remolque de sus mamás –empavesadas como fragatas- van a pasearse por la plaza, para que los hombres les eyaculen palabras al oído, y sus pezones fosforescentes se enciendan y se apaguen como luciérnagas.
Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las nalgas se les pudran, como manzanas que se han dejado pasar, y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé, ya que no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo, a todos los que pasan la vereda.


ANGELNORAHCUSTODIO.
Ante el acorde vuelo epistolar que orquesta
La Stradivarius Lila
El balbuciente arpegio tras la barbasordina
Sobre las niñaslamparas
Que tan celestemente alucinan tu sala
Con su silecioaraña
Sus sorbos de crepúsculo
Y ese caballo muerto en el espejo
Por tu arcángelrelámpago.

Noche tras noche y tardes
Presencie el desdibujo prolijamente exacto de sus nublados
Gestos musicales
Y sus yacentes diálogos ante lacios retratos en siemprevela ardida
Y parpadeantes copas de fiebre alcohol latido
Y una vez más
Sin mascara de exasperante grillo conyugal Aristarco
Quiero darte gracias por la capota en llanto
Los guantes esponsales
Y el diáfano misterio que estremece tus hojas
De angelcustodio mío.


CANSANCIO.
Cansado
¡Sí!
Cansado
De usar un solo brazo,
Dos labios,
Veinte dedos,
No se cuantas palabras,
No se cuantos recuerdos,
Grisáceos,
Fragmentarios.

Cansado,
Muy cansado
De este frió esqueleto,
Tan púdico, tan casto,
Que cuando se desnude
No sabré si es el mismo
Que use mientras vivía.

Cansado
¡Sí!
Cansado
Por carecer de antenas,
De un ojo en cada omóplato
Y de una cola autentica,
Alegre,
Desatada,
Y no este rabo hipócrita
Degenerado,
Enano.

Cansado
Sobre todo,
De estar siempre conmigo,
De hallarme cada día,
Cuando termina el sueño,
Allí, donde me encuentre,
Con las mismas narices
Y con las mismas piernas;
Como si no deseara
Esperar la rompiente con cutis de playa,
Ofrecer, al roció, dos senos de magnolia,
Acariciar la tierra con un vientre de oruga,
Y vivir, unos meses, adentro de una piedra.


GRISTENIA.
Noctivozmusgo insomne
Del yo más yo refluido a la gris ya desierta tan médano evidencia
Gorgoteando noes que plellagan el pienso
Contra las siempre contras de la posnáusea obesa
Tan plurinterroído por noctívagos yoes en rompiente ante
La afauce angustia
Con su soñar rodado de hueco sino dado de dado ya tan dado
Y su yo solo oscuro de pozo lodo adentro y microcosmos
Tinto por la total gristenia.


IRREDUCTIBLE.
Me importa un pito,
Que las mujeres tengan los senos como magnolias,
O como pasas de higo.
Un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero
Al hecho de que amanezcan
Con un aliento afrodisíaco o con
Aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de
Soportar una nariz que sacaría
El primer premio en una exposición de zanahorias,
Pero eso sí, y en eso soy irreductible.
No le perdono bajo ningún pretexto
Que no sepa volar.
Si no saben volar pierden el tiempo conmigo.


GRATITUD.
Gracias aroma
Azul,
Fogata encelo.

Gracias por el pelo
Caballo
Mandarino.

Gracias pudor
Turquesa
Embrujo
Vela,
Llamarada
Quietud
Azar
Delirio.

Gracias a los racimos
A la tarde,
A la sed
Al fervor
A las arrugas,
Al silencio
A los senos
A la noche,
A la danza
A la lumbre
A la espesura.

Muchas gracias al humo
A los microbios,
Al despertar
Al cuerno
A la belleza,
A la esponja
A la duda
A la semilla,
A la sangre
A los toros
A la siesta.

Gracias por la ebriedad,
Por la vagancia,
Por el aire
La piel
Las almendras,
Por el absurdo de hoy
Y de mañana,
Desazón
Avidez
Calma
Alegría,
Nostalgia
Desamor
Ceniza
Llanto.

Gracias a lo que nace,
A lo que muere,
A las uñas
Las alas
Las hormigas,
Los reflejos
El viento
La rompiente,
El olvido
Los granos
La locura.

Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
Sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.

Oliverio Girondo,
Agradecido.


WISLAWA SZYMBORSKA; POEMAS.


BAJO UNA ESTRELLA.
Perdona, azar, que te llame necesidad.
Perdón, necesidad, si al tenerte me equivoco.
Perdonen, difuntos, que apenas los recuerde.
Perdón, tiempo, por todo lo que se me escapa en un segundo.
Perdóname, viejo amor, que el nuevo me parezca el primero.
Perdónenme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonen, heridas abiertas, que acabe de pincharme el dedo.
Perdónenme los que claman desde el abismo por escuchar ese disco de minueto.
Perdónenme, los que corren en las estaciones, por quedarme dormida al amanecer.
Perdón, esperanza azuzada, porque a veces estalle de risa.
Disculpen, desiertos, por no ofrecerles ni una gota de agua.
Y tu, halcón, idéntico desde siempre, enjaulado,
Que miras fijamente el mismo punto,
Perdóname aunque seas un pájaro embalsamado.
Discúlpame, árbol cortado, por las cuatro patas de la mesa.
Perdón, grandes preguntas, por darles respuestas simples.
Verdad, no me hagas demasiado caso.
Trascendencia, muéstrate generosa.
Soporta tú, misterio del ser, que no haga más que deshilvanar tu solemne velo.
No me condenes, alma, por tenerte tan rara vez.
Todo, perdóname si no estoy en todas partes.
Me disculpo frente a todo por mi incapacidad de ser cada uno o cada una.
Se que mientras vivo, nada me justifica,
Pues yo mismo soy mi propio obstáculo.
Lenguaje, no me tomes a mal por servirme de tus patéticas palabras
Y luego empeñarme en que parezcan ligeras.


NADA DOS VECES.
Nada ocurre dos veces
Y nunca ocurrirá.
Nacimos sin experiencia,
Moriremos sin rutina.

Aunque fuéramos los alumnos
Más torpes en la escuela del mundo,
Nunca más repasaremos
Ningún verano o invierno.

Ningún día se repite,
No hay dos noches iguales,
Dos besos que dieran lo mismo,
Dos miradas en los mismos ojos.

Ayer alguien pronunciaba
Tu nombre en mi presencia,
Como si de repente cayera
Una rosa por la ventana abierta.

Hoy, cuando estamos juntos,
Vuelvo la cara hacia el muro.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Es flor? ¿O tal vez piedra?

¿Y por que tu, mala hora,
Te enredas en un miedo inútil?
Eres, pues estas pasando,
Pasaras –es bello esto.

Sonrientes, abrazados,
Intentemos encontrarnos,
Aunque seamos distintos
Como dos gotas de agua.


DOS MONOS DE BREUGHEL.
Mi gran sueño de colegiala:
Dos monos sentados
Atados con la misma cadena;
Afuera vuela el cielo,
Se esta bañando el mar.

Paso un examen
De historia de la humanidad.
Balbuceo y tropiezo.

Un mono me contempla y escucha
Con ironía,
El otro semeja dormir;
Pero cuando mi pregunta
Se desvanece en el silencio,
El me susurra algo
Con un suave ruido de cadena.



RAINER MARIA RILKE; POEMAS.


TERCERA ELEGÍA DE DUINO.
Mira mujer, no amamos solo desde un año
Como hacen las flores. Cuando amamos
Inmemorable savia remonta nuestros cuerpos. ¡Oh muchacha!
Lo que amamos en nosotros no es un ser, no un futuro
Sino lo innumerable que fermenta; no un hijo entre todos
Sino, como ruinas de montañas, los antepasados
Que reposan dentro de nosotros; el seco lecho del rió
Maternal de antiguas madres; todo el paisaje
En silencio bajo el signo de un nebuloso destino
Todo esto ¡Oh muchacha! Se adelanto a ti
Y tu misma ¿Qué sabes? Hiciste surgir
En el amante su prehistoria; hiciste que el pasado
Ascendiese a su corazón. ¡Que sentimientos
De seres desvanecidos lograron llegar a ti!
¡Que mujeres te odian desde entonces!
¡Que hombres sombríos despertaste en las venas del adolescente.
Niños muertos querían venir a ti!
¡Oh dulce, dulcemente, ofrécele una tarea cotidiana en que confiar!
¡Condúcele cerca del jardín; bríndale la supremacía de la noche
¡Guárdale!

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