miércoles, 10 de noviembre de 2010

DOS POEMAS MAGNIFICOS: EDUARDO ARMANDO MOLIMA

Solo se que me desprendí de la rama tierna de un árbol bueno,
Que solo dio cinco frutos. Baje al mundo para conocerte
Y conocer el mundo, para darle poesía,
Para darle mi vida en letras. Se que mi destino es alto
Y que volveré a ser hoja, en la que nacerán nuevos frutos.

Eduardo Armando Molina.

¿Quien eres,
De donde vienes? Eternidad,
De sangre, venas.
Desterrado dolor que habito.
Antigua ausencia
De esta urgencia
De las carnes y saliva.

Eduardo Armando Molina.
TU Y YO, POEMA RECAPITULAR
DE LA HISTORIA.
La lepra,
La peste,
La sífilis,
La ceguera,
La polio,
La mudez,
La sordera,
La tristeza,
La soledad,
La sobriedad,
La cosa,
La mierda,
La sangre,
La lujuria,
La serpiente,
La angustia,
La locura,
La lotería,
La música,
La forma,
La luna,
La desnudez…

El universo,
El sol,
El triunfo,
El horizonte,
El infinito,
El tiempo,
El resplandor,
El crepúsculo,
El coral,
El árbol,
El beso,
El placer,
El delirio,
El fruto,
El sexo,
El sabor,
El mar,
El viento,
El huracán,
El magma,
El espacio,
El pan,
El mundo…

jueves, 7 de octubre de 2010

AUTORRETRATO; ALEJANDRO JODOROWSKY.

AUTORRETRATO; ALEJANDRO JODOROWSKY.

Me gusta desarrollar mi conciencia
Para comprender porque estoy vivo.
Que es mi cuerpo y que debo de hacer para cooperar
Con los supremos designios del Universo.
No me gusta la gente que acumula datos
Inútiles y se crea conductas postizas…
Me gusta respetar a los otros, no por las
Desviaciones narcisistas de su personalidad,
Sino por su desarrollo interno.
No me gusta la gente cuya mente no sabe
Descansar en silencio, cuyo corazón
Critica a los otros sin cesar…
Cuyo sexo vive insatisfecho,
Cuyo cuerpo se intoxica sin saber
Agradecer estar vivo…
Cada segundo de vida es un regalo sublime.
Me gusta envejecer por que el tiempo
Disuelve lo superfluo
Y conserva lo esencial…
No me gusta la gente que por amarras
Infantiles, a las mentiras,
Las convierte en supersticiones.
No me gusta que haya un Papa
Que predica sin compartir su alma,
Con una Papisa, no me gusta que
La religión, este en manos de hombres
Que desprecian alas mujeres…
Me gusta colaborar y no competir.
Me gusta descubrir, en cada ser,
Esa joya eterna que podríamos
Llamar Dios interior.
No me gusta el arte que diviniza
El ombligo de quien lo practica,
Me gusta el arte que sirve para sanar.
No me gustan los tontos graves,
Me gusta todo aquello que provoca la risa.
Me gusta enfrentar, voluntariamente
Mi sufrimiento, con el objeto
De expandir mi conciencia…

domingo, 26 de septiembre de 2010

con cariño compartimos un poco de oseo y poesía de nuestra cabeza, gracias por la invitación atte. José Mayorga y Alberto Juarez

Cuando te pienso

El cosmos me cabe en una neurona,
el resto de ellas no paran de poetizarte,
en ese sublime momento lo que queda de mi
se dedica a beberse poco a poco el amargo vid
que destilan las horas en donde soy todo menos tu compañía.

Curita.

Curame tu ausencia con uno de tus tan cálidos abrazos,
llévame a los atardeceres de tu sonrisa ,
a las noches de luna en donde un beso tuyo
estrellaba el cuelo, llévame ahí en donde tus caricias
duran meses , Ahí en donde no hay espacio para decirnos adiós .

Recado colgado en tu pared

Mujer:
Te espero en mi vida con la fe infantil del seis de enero,
del padre nuestro del condenado a muerte ,
del pintor que resucita a sus muertos en cada cuadro,
del redentor de mujeres de esquina,
de la boca del devoto antes de la eucaristía,
no se te olvide que espero,
que mis sístoles y diástoles marcan el segundero del reloj que me comí cuando nací,
que mis días mueren y nacen como los tuyos ,
que apenas encuentro un motivo sonrío,
y que esperarte vale la pena,
porque tu corazón entiende lo que tu razón trata de ignorar

Bonita
Ser de espejos sinceros,
encierras en tus ojos todo el fuego del centro del mundo,
los paisajes cantados por jaranas y violines,
los secretos que duermen en las pestañas de del recién nacidos
y los sueños del conejo que vive en lo que los poetas llama luna.

Maldición

!Maldigo las horas sin ti¡
son ellas las que las que me tienen en desasosiego,
roban mi alma y arrancan el sueño,
te necesito como el fuego a las manos del que se congela,
dame una señal para aparecer en donde menos se te ocurra encontrarme.

Junto

Junto toda la fuerza de mi tan disminuido cuerpo,
la entereza de la mar en calma, la lucidez de los iluminados,
la la calma del que ora , para atreverme a decir :
!!!mujer te quiero¡¡¡

lunes, 23 de agosto de 2010

DECIR QUE ERA EL MAL NO ES DECIR NADA, CONOCEMOS SUS CARAS…

DECIR QUE ERA EL MAL NO ES DECIR NADA, CONOCEMOS SUS CARAS…

Nosotros, apeñuscados en un autobús parisiense, éramos incapaces de entender. Se vuelve del trabajo en plena ola de frío, se esta casi bien en la plataforma cerrada del autobús…
No sé donde subió el hombre del sobretodo y el sombrero negros, en algún momento estuvo entre nosotros, como nosotros debió alcanzar su ticket al guardia metido en su casilla y quedarse entre los demás mirando al suelo, frotándose los ojos en otros sobretodos, en otros guantes y periódicos y bolsos de mujeres. Ya al pasar el puente de Alma, antes de la primera parada de Avenue Bosquet, algunos lo notaron y se retrajeron, buscando una distancia protectora entre otros pasajeros todavía ajenos.
Muchos bajaron en la parada Ecole Militaire; se entraba en el último tramo del trayecto y el autobús estaba caliente de aire viciado, de cuerpos laxos debajo de incontables chalecos y bufandas. En algún momento tuve conciencia del miedo que se había venido instalando poco a poco en esta plataforma donde a nadie se le hubiera ocurrido imaginar que alguna vez tendría miedo. No se describir una cosa así; era un aura, una irradiación del mal, una presencia abominable. El hombre del sobretodo negro, con el cuello subido tapándole la boca y la nariz, y el ala del sombrero sobre los ojos, sabia o quería que eso fuera así; en ningún momento miro a nadie, pero la amenaza que emanaba de esa incomunicación se volvía tan insoportable que los pasajeros estábamos como unidos y a la vez indefensos, esperando cualquier cosa. Recuerdo que el guardia, un hombre de pelo gris y aire apacible, miró al hombre y casi inmediatamente miró a los tres o cuatro pasajeros que aun seguíamos de pie en la plataforma. Fue como si nos aliáramos, y el hombre del sobretodo supo que nos aliábamos y siguió inmóvil, tomado con una mano de la barra vertical, los ojos clavados en sus zapatos; era todavía peor y duraba infinitamente. No había ya mujeres, los hombres no nos movíamos, pero se que cada uno esperaba el momento de bajar como una fuga, una devolución a la vida de fuera.
Decir que era el mal no es decir nada; conocemos sus caras sonrientes y sus muchos juegos amables. Lo insoportable (y eso lo sentíamos todos desde nuestros diferentes horizontes) era la falta de todo signo manifiesto; la locura puede darse como una cosa así, que de pronto un lápiz sea la muerte o la lepra sin dejar de ser nada mas que un lápiz en una contradicción que anula toda defensa, y la razón es sobre todo defensa.
El hombre seguía inmóvil, la cara casi oculta, mirando sus zapatos; de ahí salía como una mancha de vacío, un hedor a sombra, una potencia. Estoy seguro de que si hubiera levantado bruscamente la cabeza para buscar a cualquiera de nosotros, la respuesta habría sido un grito o una carrera a ciegas en busca de la salida. En esa suspensión del tiempo jugaban fuerzas que ya nada tenían que ver con nosotros; el miedo era una materia viva en la que se abrían paso la noción confusa de lo que iba a suceder si alguien de fuera subía desaprensivamente y empujaba el bulto espeso, oscuro, pegado a la barra vertical. En esa alianza por debajo de toda inteligencia, esa aterradora comunicación por la boca del estomago y el pelo de la nuca, cualquier ruptura parecía aun mas insoportable que la lentísima carrera del autobús 92 por la noche. Cuando en la parada de la Avenue Lowendal no subió ni bajo nadie, comprendí que me tocaba acercarme al hombre para alcanzar la campanilla, y en ese mismo momento vi, vimos todos, que su mano resbalaba por la barra de apoyo en busca del botón de llamada. Se que me quede lo mas atrás posible, con la esperanza de que otros bajaran también en la parada de la rue de Oudinot, pero nadie se movía, él había tocado la campanilla para bajar y el 92 seguía corriendo por la avenida, acercándose a la parada, frenando al fin lentamente para no patinar en la capa de nieve y escarcha. Cuando bufaron las puertas automáticas y el hombre, dándonos la espalda para bajar, el guarda espero con la mano sobre la palanca, hasta que tres de nosotros decidimos al mismo tiempo a descender para cerrar la puerta.
La avenida nos cegaba con su silenciosa oscuridad, y había que moverse con precaución para no resbalar en la escarcha. Los que habíamos bajado esperábamos juntos a que el autobús arrancara para atravesar la avenida, sin hablar (¿que hubiéramos podido decirnos, que relación legitima había entre nosotros?) y como avergonzados de esa complicidad que tardaba en romperse. El hombre había subido a la acera y estaba inmóvil en la esquina de la avenida y la rue Oudinot, sin mirar hacia nosotros. A su espalda se alzaba el paredón del instituto de ciegos, quizá entraría allí o en cualquiera del as casas de retiro de este barrio lleno de conventos y jardines tapiados. Mis dos compañeros empezaron a cruzar la avenida, los seguí de cerca, temiendo que quizá el hombre echara a andar tras de mi. Los otros dos se perdían ya avenida abajo, caminaban juntos manteniendo la alianza. Yo resbale y tuve que asirme al tronco de un plátano; la esquina estaba desierta. Seguí viajando muchos meses en el 92 a las mismas horas, me tocaron con frecuencia algunos de los compañeros de aquella noche. El Mal no volvió a subir, nosotros, como en realidad no nos conocíamos, jamás hablamos de aquella noche.
De Quincey en su “Del asesinato considerado como una obra de arte” debe haberse dado cuenta, como después Dostoievsky en el final del “Idiota” que ciertos niveles del crimen están condicionados por valores diferentes, en un sistema donde el juicio y la conciencia son como tragados por el horror sin nombre que mueve al mismo tiempo al criminal y a la victima. No se trata solo del miedo que estimula y facilita una serie de asesinatos en cadena, como en el caso de Jack the Ripper o el Vampiro de Dusseldorf, pueden darse circunstancias que estaría tentado de llamar ceremoniales, una doble danza encadenada del victimario y la victima, un cumplimiento. La victimología existe hace años como disciplina…

“Encuentro con el Mal” Julio Cortazar.

viernes, 20 de agosto de 2010

LAS GORGONAS, LAS HIDRAS, LAS TERRIBLES LEYENDAS…

LAS GORGONAS, LAS HIDRAS, LAS TERRIBLES LEYENDAS…

Las Gorgonas, las Hidras y las Quimeras, las terribles leyendas de Celeno y las Arpías, pueden
Encontrar eco en las mentes supersticiosas. Pero, en realidad precedieron en mucho a las mentes supersticiosas. Son simples trascripciones, signos; los arquetipos se encuentran en nosotros y son eternos. Si así no fuera, ¿Cómo podría llegar a impresionarnos un relato que sabemos positivamente falso? ¿Tal vez concebimos ese tipo de miedo como la amenaza de un daño físico? Esos terrores son de una gran antigüedad. Se remontan a mucho antes de que existiera el propio cuerpo ser humano. En verdad, ni siquiera necesita al cuerpo humano, porque igual hubiera sido sin el.
La circunstancia de que el miedo al que nos referimos en este punto sea de una naturaleza totalmente espiritual y que campee principalmente durante nuestra infancia, remite a problemas cuya dilucidación puede arrojar luz acerca de nuestra condición mucho antes de que llegásemos al mundo o, por lo menos, atisbos sobre el tenebroso reino anterior a la existencia.

“Witches and Other Night” Charles LLamb.

BRUJERÍA Y SANTIDAD, EL VERDADERO MAL ES MUY RARO…

BRUJERÍA Y SANTIDAD, EL VERDADERO MAL ES MUY RARO…

Brujería y santidad, he aquí las únicas dos realidades –prosiguió Ambrosio- la magia tiene su justificación en sus criaturas: comen mendrugos de pan y beben agua con una alegría mucho mas intensa que la del epicúreo.
-¿Se refiere a los santos?- intervino Cotgrave.
Si, y también a los pecadores. Creo que usted cae en el error de quienes limitan el mundo espiritual a las regiones del bien supremo. Los seres extremadamente perversos forman también parte del mundo espiritual. El hombre vulgar, carnal, sensual, no será jamás un gran santo. Pero tampoco un gran pecador. En nuestra mayoría, somos simples criaturas de barro cotidiano, sin comprender el significado profundo de las cosas, y por esto el bien y el mal son en nosotros idénticos, de ocasión, sin importancia…
Los “grandes” tanto en el bien como en el mal, son quienes abandonan las copias imperfectas y se encaminan a los originales perfectos. Los más excelsos entre los santos jamás hicieron una “buena acción” en el sentido corriente de la palabra. Por el contrario existen hombres que han descendido hasta el fondo de los abismos del mal, y que, en toda su vida, no han cometido lo que ustedes llaman una “mala acción”…
Cotgrave le atajo: Sus paradojas son monstruosas, ¿Puede un hombre ser un gran pecador sin haber hecho nunca nada culpable?
Un hombre puede ser un gran conocedor de vinos de borgoña sin jamás haber entrado en una taberna… su reacción revela que no tiene la menor idea de lo que puede ser el pecado. Naturalmente existe una relación entre el pecado con mayúsculas y los actos considerados como culpables: asesinato, robo, adulterio… la misma relación que existe entre el alfabeto y la poesía mas genial. El suyo es un error casi universal. Se ha acostumbrado a mirar las cosas a través de unas gafas sociales. Pensamos que el hombre que nos hace daño, a nosotros, o a nuestros vecinos, es un hombre malo. Y lo es, desde el punto de vista social. ¿No puede comprender que el mal, en su esencia, es una cosa solitaria, una pasión del alma? El asesino corriente, no es en modo alguno un pecador…
El asesino no mata por razones positivas, sino negativas, le falta algo que poseen los no- asesinos. El Mal, por el contrario, es totalmente positivo. Y es muy raro. Sin duda hay menos pecadores verdaderos que santos. En cuanto a los que llaman criminales, son seres molestos, pero entre sus actos antisociales y el Mal existe un gran abismo.
Cotgrave hablo: ¿Opina pues que no comprendemos la verdadera naturaleza del mal?
Lo sobreestimamos. O bien lo menospreciamos. Llamamos pecado a las infracciones de los reglamentos. Por otra parte, atribuimos una importancia tan enorme al “pecado” que consiste que consiste en meter mano a nuestros bienes o a nuestras mujeres, que hemos perdido absolutamente de vista lo que hay de horrible en los verdaderos pecados.
-Entonces, ¿Que es el pecado? –dijo Cotgrave.
¿Qué experimentaría si su gato o su perro empezaran a hablarle con voz humana? ¿Y si las rosas de su jardín se pusieran a cantar esta noche? Pues bien, estos ejemplos pueden darle una vaga idea de lo que es realmente el pecado.
-Me asombra –dijo Cotgrave- Entonces, según usted, la esencia del pecado seria…
Querer tomar por asalto el cielo –respondió Ambrosio- El pecado consiste, en una voluntad de penetrar de manera prohibida en otra esfera más alta. Esto explica que sea tan raro. En realidad pocos hombres desean penetrar en otras esferas, sean altas o bajas, y de manera autorizada o prohibida. Hay pocos santos. Y los pecadores, son todavía más raros. Puede ser más difícil convertirse en un gran pecador que en un gran santo. La santidad exige un esfuerzo. Se trata de encontrar otra vez el éxtasis que conoció el hombre antes de la caída. En cambio, el pecado es una tentativa de obtener un éxtasis y un saber que no existen y que jamás han sido dados al hombre, y el que lo intenta se convierte en demonio. El simple asesino no es necesariamente un pecador; pero el pecador es a veces un asesino. Gilles de Rais por ejemplo. Si el bien y el mal están fuera del alcance de las manos del hombre contemporáneo, igualmente, el mal lo esta en un sentido mucho mas profundo. El santo se esfuerza en recobrar un don perdido; es el pecador quien persigue algo que no ha poseído jamás. En resumidas cuentas, reproduce la caída…
Nuestros sentidos superiores están tan embotados y estamos a tal punto saturados de un materialismo tan banal, que no reconoceríamos el verdadero mal si nos tropezáramos con él… A veces podemos reconocer el mal por el odio que manifiesta al bien y nada más; pero esto es fortuito. En realidad, los jerarcas del infierno pasan inadvertidos al lado nuestro.
-¿Piensa que ellos mismos ignoran el mal que encarnan?- Pregunto Cotgrave.
Así lo creo. El verdadero mal en el hombre, es como la santidad y el genio, es un éxtasis del alma, rebasa los límites naturales del espíritu, escapa a la conciencia. Un hombre puede ser infinita y horriblemente malo sin sospecharlo siquiera.
Procuro seguirle -dijo Cotgrave- ¿Cree usted que el mal verdadero tiene una esencia completamente distinta de lo que solemos llamar el mal?
Absolutamente. Un pobre tipo excitado por el alcohol puede matar a patadas a su mujer y a sus hijos. Es un asesino. Gilles de Rais es también un asesino. Pero ¿Advierte el abismo que los separa? Se trata del mismo débil parecido que existe entre todos los pecados sociales y los verdaderos pecados espirituales, que son como la sombra y la realidad.
-¿Cree usted que el pecado es una cosa oculta, secreta?- observo Cotgrave.
Si. Es el milagro infernal, como la santidad es el milagro sobrenatural. El verdadero pecado se eleva a un grado tal que no podemos sospechar en absoluto de su existencia. Es como la nota más baja del órgano, tan profunda que nadie la oye. Acuérdese del apóstol: hablaba del otro lado y hacia una distinción entre las acciones caritativas y la caridad. Uno puede darlo todo a los pobres y, a pesar de ello, carecer de caridad, puede evitar todos los pecados y, sin embargo, ser una criatura del mal.
-Según usted, el verdadero pecador podría pasar muy bien por un personaje inofensivo- dijo Cotgrave.
Ambrosio continuo exaltado: Ciertamente. El verdadero mal no tiene nada que ver con la sociedad. Y tampoco el bien. ¿Usted se sentiría a gusto en compañía de San Pablo? ¿Se entendería bien con Sir Galahad? Lo mismo puede decirse de los pecadores. Si usted encontrara a un verdadero pecador y reconociera el pecado que hay en él, sin duda quedaría horrorizado. Pero tal vez no existiría ninguna razón para que aquel hombre le disgustara. ¡Nadie puede adivinar cuan terrible es el verdadero mal! Si las rosas y los lirios se pusieran a cantar esta madrugada, si los muebles de esta casa empezaran a desfilar en procesión como en el cuento de Maupassant…
-Quería preguntarle, a que corresponden en la humanidad, estas proezas imaginarias de las cosas que usted cita. Repito: ¿Qué es pues, el pecado? Quisiera que me diese usted un ejemplo concreto- dijo intrigado Cotgrave.
Por primera vez, Ambrosio vacilo:
Ya le he dicho que el verdadero mal es muy raro. El materialismo de nuestra época, que tanto ha hecho para suprimir la santidad, tal vez ha hecho más aún para suprimir el mal. Encontramos tal comodidad en la tierra, que no sentimos deseos de subir ni bajar. Todo ocurre como si el especialista del infierno realizase trabajos puramente arqueológicos…
Veo que esta usted realmente interesado. Pues bien, confieso que he reunido, en efecto, algunos documentos…

“White Town” Arthur Machen.

jueves, 5 de agosto de 2010

CESAR VALLEJO; POESÍA.

CESAR VALLEJO; POESÍA.



LOS HERALDOS NEGROS.

Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
La resaca de todo lo sufrido
Se empozara en el alma… yo no se!

Son pocos, pero son… abren zanjas oscuras
En el rostro mas fiero y en el lomo mas fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
O los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
De alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
De algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos como
Cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
Vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
Se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… yo no sé!



BORDAS DE HIELO.

Vengo a verte pasar todos los días,
Vaporcito encantado siempre lejos…
Tus ojos son dos rubios capitanes;
Tu labio es un brevísimo pañuelo
Rojo que ondea en un adiós de sangre!

Vengo a verte pasar; hasta que un día,
Embriagada de tiempo y de crueldad,
Vaporcito encantado siempre lejos,
La estrella de la tarde partirá!

Las jarcias; vientos que traicionan; vientos
De mujer que paso!
Tus fríos capitanes darán orden;
Y quien habrá partido seré yo…



EL POETA Y SU AMADA.

Amada, esta noche tú te has crucificado
Sobre los dos maderos curvados de mi beso;
Y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
Y que hay un viernesanto más dulce que ese beso

En esta noche rara que tanto me has mirado,
La muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de septiembre se ha oficiado
Mi segunda caída y el más humano beso.

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
Se ira sacando a pausas nuestra excelsa amargura;
Y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.

Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos;
Ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
Los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.



AVESTRUZ.

Melancolía, saca tu dulce pico ya;
No cebes tus ayunos en mis trigos de luz.
Melancolía basta! Cual beben tus puñales
La sangre que extranjera mi sanguijuela azul!

No acabes el maná de mujer que ha bajado;
Yo quiero que de él nazca mañana alguna cruz,
Mañana que no tenga yo a quien volver los ojos,
Cuando abra su gran O de burla el ataúd.

Mi corazón es tiesto regado de amargura;
Hay otros viejos pájaros que pastan dentro de él…
Melancolía, deja de secarme la vida
Y desnuda tu labio de mujer…!



PIEDRA NEGRA SOBRE UNA
PIEDRA BLANCA.

Me moriré en París con aguacero,
Un día del cual ya tengo el recuerdo.
Me moriré en París –y no me corro-
Tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
Estos versos, los húmeros me he puesto
A la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
Con todo mi camino, a verme solo.

Cesar Vallejo ha muerto, le pegaban
Todos sin que él les haga nada;
Le daban duro con un palo y duro

También con una soga; son testigos
Los días jueves y los huesos húmeros,
La soledad, la lluvia, los caminos…



CONSIDERANDO EN FRIÓ,
IMPARCIALMENTE…

Considerando en frió, imparcialmente,
Que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
Se complace en su pecho colorado;
Que lo único que hace es componerse
De días;
Que es lóbrego mamífero y se peina…

Considerando
Que el hombre procede suavemente del trabajo
Y repercute jefe, suena subordinado;
Que el diagrama del tiempo
Es constante diorama en sus medallas
Y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
Desde lejanos tiempos,
Su formula famélica de masas…

Comprendiendo sin esfuerzo
Que el hombre se queda, a veces, pensando,
Como queriendo llorar,
Y, sujeto a tenderse como objeto,
Se hace buen carpintero, suda, mata,
Y luego canta, almuerza, se abotona…

Examinando, en fin,
Sus encontradas piezas, su retrete
Su desesperación, al terminar su día atroz,
Borrándolo…

Considerando también
Que el hombre es en verdad un animal
Y, no obstante, al voltear, me da con
Su triste cabeza…

Comprendiendo
Que él sabe lo que quiero,
Que le odio con afecto y me es, en suma,
Indiferente…

Considerando sus documentos generales
Y que mirando con lentes aquel certificado
Que prueba que nació muy pequeñito…

Le hago una seña,
Viene,
Y le doy un abrazo, emocionado,
¡Que mas da! Emocionado…
Emocionado…



HOY ME GUSTA LA VIDA
MUCHO MENOS…

Hoy me gusta la vidas mucho menos,
Pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toque la parte de mi todo y me contuve
Con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada
Y en esos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tanta vida y jamás!
¡Tantos años y siempre mis semanas!...
Mis padreas enterrados con su piedra
Y su triste estirón que no ha acabado;
De cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
Y, en fin, mi ser parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente
Pero, desde luego,
Con mi muerte querida y mi café
Y viendo los castaños frondosos de París
Y diciendo:
Es un ojo este, aquel, una frente esta,
Aquella… Y repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije
Todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital
Que queda al lado
Y está bien y está mal haber mirado
De abajo hacia arriba mi organismo.
Me gusta vivir siempre, así fuese de barriga,
Porque, como iba diciendo y lo repito,
¡Tanta vida y jamás! ¡Y tantos años,
Y siempre, mucho siempre, siempre siempre!



HASTA EL DÍA EN QUE VUELVA
DE ESTA PIEDRA…

Hasta el día en que vuelva de esta piedra
Nacerá mi talón definitivo,
Con su juego de crímenes, su yedra,
Su obstinación dramática, su olivo.

Hasta el día en que vuelva, prosiguiendo,
Con franca rectitud de cojo amargo,
De pozo en pozo, mi periplo, entiendo
Que el hombre ha de ser bueno, sin embargo.

Hasta el día en que vuelva y hasta que ande
El animal que soy, entre sus jueces,
Nuestro bravo meñique será grande,
Digno, infinito dedo entre los dedos.



EN EL MOMENTO EN QUE
EL TENISTA…

En el momento en que el tenista lanza
Magistralmente su bala,
Le posee una inocencia totalmente animal;

En el momento
En que el filósofo sorprende con una nueva verdad,
Es una bestia completa.
Anatole France afirmaba
Que el sentimiento religioso
Es la función de un órgano especial del cuerpo humano,
Hasta ahora ignorado y se podría
Decir también, entonces,
Que, en el momento exacto en que un tal órgano

Funciona plenamente,
Tan puro de malicia esta el creyente,
Que se diría casi un vegetal.
¡Oh alma! ¡Oh pensamiento! ¡Oh Marx!
¡Oh Feûerbach!


XIII.

Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
Ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, esta en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
Degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
Y armonioso que el vientre de la sombra,
Aunque la Muerte concibe y pare
De Dios mismo.
Oh conciencia,
Pienso, sí, en el bruto libre
Que goza donde quiere, donde puede.
Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

¡Odumodneurtse!



VERANO.

Verano, ya me voy. Y me dan pena
Las manitas sumisas de tus tardes.
Llagas devotamente; llegas viejo;
Y ya no encontraras en mi alma a nadie.

Verano! Y pasaras por mis balcones
Con gran rosario de amatistas y oros,
Como un obispo triste que llegara
De lejos a buscar y bendecir
Los rotos aros de unos muertos novios.

Verano ya me voy. Allá, en septiembre
Tengo una rosa que te encargo mucho;
La regaras de agua bendita todos
Los días de pecado y de sepulcro.

Si a fuerza de llorar el mausoleo,
Con luz de fe su mármol aletea,
Levanta en alto tu respondo, y pide
A Dios que siga para siempre muerta.
Todo ha de ser ya tarde;
Y tú no encontraras en mi alma a nadie.

Ya no llores, Verano! En aquel surco
Muere una rosa que renace mucho…



SEPTIEMBRE.

Aquella noche de setiembre, fuiste
Tan buena para mi… hasta dolerme!
Yo no se lo demás; y para eso,
No debiste ser buena, no debiste.

Aquella noche sollozaste al verme
Hermético y tirano, enfermo y triste.
Yo no se lo demás… y para eso,
Yo no se por que fui triste… tan triste…!

Solo esa noche de setiembre dulce,
Tuve a tus ojos de Magdala, toda
La distancia de Dios… y te fui dulce!

Y también fue una noche de setiembre
Cuando sembré en tus brasas, desde un auto,
Los charcos de esta noche de diciembre.



HECES.

Esta tarde llueve, como nunca; y no
Tengo ganas de vivir corazón.

Esta tarde es dulce. Por que no ha de ser?
Viste gracia y pena; viste de mujer.

Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
Las cavernas crueles de mi ingratitud;
Mi bloque de hielo sobre su amapola,
Mas fuerte que su “No seas así!”

Mis violentas flores negras; y la bárbara
Y enorme pedrada; y el trecho glacial.
Y pondrá el silencio de su dignidad
Con oleos quemantes el punto final.

Por eso esta tarde, como nunca, voy
Con ese buho, con este corazón.

Y otras pasan; y viéndome tan triste,
Toman un poquito de ti
En la abrupta arruga de mi hondo dolor.

Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
Tengo ganas de vivir, corazón!



DESHORA.

Pureza amada, que mis ojos nunca
Llegaron a gozar. Pureza absurda!

Yo se que estabas en la carne de un día,
Cuando yo hilaba aun mi embrión de vida.

Pureza en falda neutra de colegio;
Y leche azul dentro del trigo tierno

A la tarde de lluvia, cuando el alma
Ha roto su puñal de retirada,

Cuando ha cuajado en no se que probeta
Sin contenido una insolente piedra,

Cuando hay gente contenta; y cuando lloran
Parpados ciegos en purpúreas bordas.

Oh, pureza que nunca ni un recado
Me dejaste, al partir del triste barro

Ni una migaja de tu voz; ni un nervio
De tu convite heroico de luceros.

Alejaos de mi, buenas maldades,
Dulces bocas picantes…

Yo la recuerdo al veros ¡oh, mujeres!
Pues de la vida en la perenne tarde,
Nació muy poco ¡pero mucho muere!



LAS PIEDRAS.

Esta mañana baje
A las piedras ¡oh las piedras!
Y motivé y troquilé
Un pugilato de piedras.

Madre nuestra, si mis pasos
En el mundo hacen doler,
Es que son los fogonazos
De un absurdo amanecer.

Las piedras no ofenden; nada
Codician. Tan solo piden
Amor a todos, y piden
Amor aun a la Nada.

Y si algunas de ellas se
Van cabizbajas, o van
Avergonzadas, es que
Algo de humano harán…

Más, no falta quien a alguna
Por puro gusto golpee.
Tal, blanca piedra es la luna
Que voló de un puntapié…

Madre nuestra, esta mañana
Me he corrido con las hiedras,
Al ver la azul caravana
De las piedras,
De las piedras,
De las piedras…

jueves, 29 de julio de 2010

LA OTRA EUROPA: POETAS DE EUROPA ORIENTAL.

LA OTRA EUROPA: POETAS DE EUROPA ORIENTAL.



JAROSLAW IWASZKIEWICZ.

EL VIEJO POETA.
I
El poeta dice:
Mujer ¿No ves estas dos moscas inmóviles
Sobre la repisa de la ventana
Matadas con el insecticida?

No valen mas para el universo
Que nuestros queridos perros
Muertos que yacen bajo esta piedra.

¿Recuerdas la palabra “Tropka”
Cuando le decíamos algo
Y el no entendía
Arrugaba la frente, se concentraba
Y no entendía?

Era un animal

Mira, nos hablan nubes
Auroras estrellas
Vientos
Y tampoco entendemos

Nos hablan espacios celestes
Árboles que florecen
Hablan flores
Crecen
Y hablan
Y no entendemos

Así será

Nos quedaremos en el universo
Cual dos moscas muertas
Dos perros tirados
Cual dos puras nadas
Ellos también amaban
Y querían entender





TADEUS ROZEWICZ

LA ESPINA.

No creo
No creo desde que abro los ojos
Hasta cerrarlos

No creo desde una orilla
Hasta la otra
De mi vida

No creo
Con la misma profundidad
Con que mi madre
Creía

No creo
Al comer pan
Al beber agua
Al amar un cuerpo

No creo
En sus templos
En sus curas en sus signos

No creo
Al pasar por la calle de una ciudad
Por el campo
Bajo la lluvia en el aire
Dentro del resplandor
De la anunciación

Leo las parábolas
Rectas como la espiga del trigo
Y evoco a un dios
Que no sabía reír

Pienso en un dios
Pequeño y sangrante
Que yace
En los blancos lienzos de la infancia

Pienso
En una espina que desgarra
Nuestros ojos nuestras bocas
Ahora
Y en la hora de la muerte


CUENTOS SOBRE LAS VIEJAS FEAS.

Me gustan las viejas
Las viejas feas
Malignas
Ellas: sal de la tierra
No les da asco la basura
Humana

Son ellas que conocen el revés
De la medalla
Del amor
De la fe

Las viejas
Vienen y van
Mientras los dictadores
Se hacen los graciosos
Mostrando sus manos en sangre

Las viejas feas se levantan
Junto con el sol
Compran carne frutas pan
Lavan hacen la cocina
Se quedan en las calles
Con los brazos cruzados
Y se callan

Las viejas
Son inmortales

Hamlet se agita dentro de su red
Fausto hace un juego vil y ridículo
Raskolnikov vate con su hacha
Las viejas son
Irrebatibles
Sonríen levemente

Muere el dios
Las viejas se levantan sin hacerle caso
Cada día
Compran pan vino pescado
Se muere la civilización
Las viejas se levantan junto con el sol
Abren las ventanas
Tiran la basura
Se muere el hombre
Las viejas
Lavan al difunto
Entierran a sus muertos
Siembran flores
Sobre sus tumbas

Me gustan las viejas
Las viejas feas
Malignas



STANISLAW GROCHOWIAK

LA SEPARACIÓN.

Debe haber una media noche
Que ya no veré,
La media noche del mundo
Y la de veinticuatro horas.
El tiempo y el espacio hilvanados
Con la única estrella,
Bajo la cual tan solo
Ha nacido la muerte.

El olor de la media noche yace
En los oídos de los muertos,
En las narices de perros pasmados,
En el sinfín de la nieve
Y en las medallas de porcelana
Por las que se asoman los niños,
Quietos al fin.

El sabor de la media noche pegado
A la mano aquella.
Cuando la toque sabía a hierro
Bajo un soplo de frió.
Desde entonces huyo a media lengua,
Desde entonces
Balbuceo.



MIRON BIALOSZEWSKI

AUTORRETRATO VIVIDO.

Me miran.
Quiere decir que tengo cara.

De todos los rostros que conozco
Del que menos me acuerdo es del mío.

A veces mis manos
Viven sin comunicarse
¿Tal vez sea mejor no sumarlas?
¿Dónde están mis límites?

Pues lo que me enerva
Es el moverme o vivir a medias.
Sin embargo siempre
Se arrastra en mí
Diminuto o lleno
Un atisbo del ser.

Cargándome
Cargo un espacio
Propio a mí.

Si lo pierdo
Significara que no existo.
No existo
Ergo no dudo.



ATTILA JÓZSEF

MAMÁ.

Desde hace una semana, en mi mamá
Solo pienso, abstraído; en mi mamá.

Con la chirriante cesta a la cintura,
Iba siempre al desván en su premura.

Yo era un hombre sincero todavía:
Chillaba, pataleaba. Le decía:

Deja para otro ese pesado y gran
Bulto, mi madre, y llévame al desván.

Sola se iba a tender, calladamente,
Sin regañarme, sin mirarme, ausente.

Y las ropas crujían, luminosas,
Revoloteando en lo alto, jubilosas.

Aunque para llorar es tarde ya,
Se cuan inmensa eres, mi mamá.

Flota en lo alto su agrisado pelo
Y echa su añil en el agua del cielo.

CZESLAW MILOZ

LA HUIDA.

Cuando nos escapábamos de la ciudad incendiada,
En el primer camino campestre volviendo atrás la mirada,
Decía yo: “Que la hierba cubra nuestras huellas,
Que en las llamas se callen los gritos de profetas,
Que los muertos a los muertos cuenten lo sucedido,
A nosotros nos toco crear una generación nueva y violenta,
Libre del mal y de la desdicha que ahí ha existido.
Sigamos.” Y la espada de fuego nos abría la tierra.


DEBE, NO DEBE.

El hombre no debe amar la luna.
El hacha en su mano no tiene que perder su peso.
Sus huertas deben oler a manzanas pudriéndose
Y llenar de ortigas, moderadamente.
El hombre que habla no debe usar palabras que le son queridas
Ni romper la semilla para ver que hay adentro.
No debe tirar la migaja del pan, ni escupir al fuego
(Así por lo menos me enseñaron en Lituania)
Si por la escalera de mármol sube un villano
Que intente hacer con su zapato una rendija
Para advertir si la escalera no va a durar.

EL RETORNO DE ZARATUSTRA

EL RETORNO DE ZARATUSTRA
HERMANN HESSE


SOBRE LA SOLEDAD.

Me preguntan, jóvenes, por la escuela del sufrimiento y por la forja del destino. ¿Es que no las conocen? No, ustedes, los que continuamente hablan del pueblo y están relacionados con las masas; ustedes, los que solo quieren padecer con ella y por ella, no la conocen. Les hablo de la soledad.
La soledad es el camino por donde el destino quiere conducir hacia si mismo al hombre. La soledad es el camino que mas teme el hombre por que allí se esconden todos los horrores, todas las serpientes y todos los sapos. Allí es donde acecha lo espantoso. ¿No corre la leyenda de que todos los solitarios, todos los exploradores del desierto de la soledad son personas desencaminadas, malas o enfermas? ¿No se narran todas las grandes heroicidades como si hubieran sido realizadas por delincuentes, por que conviene guardarse a si mismo del camino de semejantes acciones?
¿No se cuenta también de Zaratustra que murió loco y que, en el fondo, todo cuanto hacia o decía era ya producto de su locura? ¿Y no sintieron ustedes, al oír semejantes afirmaciones, algo así como un sonrojo? ¿Cómo si hubiera sido mas noble y digno de ustedes figurar entre esos locos y se avergonzaron de no tener el valor necesario para ello?
Quisiera entonarles cantos sobre la soledad, amigos míos. Sin soledad no hay sufrimiento; sin soledad, no hay heroísmo. No me refiero, sin embargo, a la romántica soledad de los poetas y de los teatros, donde el manantial murmura cristalino junto a la cueva del ermitaño.
Del niño al hombre hay solo un paso, un solo corte. Aislarse, encontrar el yo, desprenderse de la madre y padre, ese es el paso del niño al hombre, y nadie lo da del todo. Cada hombre, hasta el mas santo ermitaño y huraño penitente de las mas desnudas montañas, lleva consigo un hilo, arrastra ese hilo que le mantiene atado a padre y madre y a toda su querida familia y a todo lo que fue suyo. Cuando ustedes, amigos, hablan con tanto ardor del pueblo y la patria, veo colgar de sus bocas ese hilo y no puedo dejar de sonreír. Cuando sus grandes hombres hablan de sus tareas y de su responsabilidad, el hilo les cuelga. Nunca hablan sus grandes hombres, sus caudillos y oradores de obligaciones consigo mismos, nunca hablan de la responsabilidad que tienen frente a su propio destino. Todos penden del hilo que los une a la madre y a todo lo calentito y agradable que les recuerdan los poetas, cuando llenos de sentimiento cantan la niñez y sus limpias alegrías. Nadie rompe del todo ese hilo, como no sea con la muerte, si es que consigue morir su propia muerte.
La mayoría de las personas, todas las del rebaño, no han saboreado nunca la soledad. Se separaron un día del padre y de la madre, pero solo para acercarse a una mujer y sumergirse en seguida en un nuevo nido de calor y familiaridad. Nunca están solos y a solas, nunca hablan consigo mismas. Y al solitario que se cruza en su camino le temen y le odian como a la peste, le arrojan piedras y no se tranquilizan hasta que están bien lejos de él. Porque al solitario le envuelve un aire que huele a estrellas y al frío de los espacios siderales y le falta todo ese aroma encantador y calido a hogar y nido.
Zaratustra tiene en si algo de ese aroma a estrellas y de ese desagradable frío. Asistió a la escuela del sufrimiento. Conoció la escuela del destino y fue forjado en ella.
No se, amigos, si debo hablar mas de la soledad… se que pocos siguen ese camino sin sufrir daño. Se vive mal sin madre, se vive mal sin hogar y sin patria, sin pueblo, sin gloria y sin todas las dulzuras de la comunidad. Se vive mal en el frío, la mayoría de los que iniciaron el camino sucumbieron. Hay que ser indiferente al hundimiento si uno desea saborear la soledad y enfrentarse con su propio destino. Más fácil es caminar con un pueblo y con muchos, aunque se tenga que pasar por la pobreza. Más fácil es, y más consolador dedicarse a los deberes que imponen el día y el pueblo. ¡Miren que contentos se mueven los hombres en las calles repletas! Se peligra, y la vida esta en juego, pero todos prefieren estar con la masa y sucumbir en ella que andar solos en la oscura noche y el frío.
Más… la soledad no se elije, del mismo modo que no se elije el destino. La soledad nos sobreviene si en nuestro interior se halla la piedra mágica que atrae al destino. Muchos, demasiados, se encaminaron al desierto, y allí, junto al precioso manantial y en la magnética ermita, aun así, llevaron la vida de hombres gregarios. Otros, en cambio, aun en las aglomeraciones, sopla ante sus frentes el aire de las estrellas.
¡Feliz de aquel que haya encontrado su soledad; no una soledad pintada ni imaginaria, sino la suya, la única la destinada a él! ¡Feliz del que sabe padecer! ¡Feliz del que lleva la piedra mágica en el corazón! A él acude el destino, la acción surge de él.


SOBRE EL PADECER Y EL HACER.

¿Qué hemos de hacer? Me preguntan a mí, y se lo preguntan a ustedes mismos sin cesar, el hacer lo es todo para ustedes.
La sola pregunta de ¿Qué hemos de hacer? Es pregunta de niño temeroso, demuestra lo poco que saben acerca del “hacer”.
Lo que ustedes los jóvenes llaman el hacer, yo el viejo ermitaño de la montaña, lo llamaría de otra manera muy distinta.
La acción, amigos míos, nunca fue llevada a cabo por los que antes preguntan ¿Qué he de hacer? La acción es la luz que brota del buen sol. Si el sol no es un sol bueno, verdadero y diez mil veces probado, o si incluso es un sol que se pregunta, acobardado, lo que tiene que hacer, entonces no será capaz jamás de producir luz. La acción no es hacer; la acción no se puede inventar ni imaginar. Les voy a decir lo que considero lo que es la acción, pero antes déjenme explicarles lo que creo que es su “hacer”.
Su hacer, el que quieren llevar adelante y que sale a la luz a través de vacilaciones y dudas, ese hacer, es lo contrario y el primer enemigo de la acción. Porque su hacer, si me permiten una fea palabra, no es mas que cobardía. Ya veo que se enfadan, pero esperen. Déjenme terminar de hablar.
Ustedes muchachos son soldados y antes de serlo, eran comerciantes o fabricantes o lo que fuera, o lo eran por sus padres, y ellos lo eran a consecuencia de unas enseñanzas erróneas, según la leyenda procedían de la eternidad y habían sido creados por dioses. Ustedes aceptaban el contraste hombre-dios, deduciendo de ello que, lo que era un hombre no podía ser un dios y viceversa. Zaratustra no puede desenmascarar de forma tan simple y sencilla esta antigua creencia en los sagrados contrastes, con todo su dudoso carácter y su fuerte descrédito, que colocándolos frente al contraste hacer-pensar creído por ustedes.
Abran los ojos y verán el hacer y el padecer tal y como se los quiere mostrar un viejo ermitaño.
Hacer y padecer, juntos componen nuestras vidas, son una sola cosa, un todo. El niño padece la concepción, padece el nacimiento, padece el destete, padece aquí y allá para padecer finalmente y morir. Pero lo bueno, lo que hay en él y por eso es alabado, es el padecimiento bueno, el padecimiento perfecto, pleno y vivo. Saber padecer bien, es ya mas que la mitad del vivir. Nacer significa padecer, el crecimiento es padecer, la semilla padece tierra, la raíz padece lluvia, los brotes padecen eclosión.
Así, padece el hombre su destino. El destino duele.
Ustedes, en cambio, llaman hacer al escapar de lo que duele, al no querer nacer, a la huida del sufrimiento. Hacer llamaban ustedes o lo llamaban sus padres a movernos día y noche en talleres y tiendas, a oír el golpe de los martillos a lanzar al aire el hollín; yo no tengo nada en contra de sus padres y sus martillos. Pero encuentro gracioso que llamen hacer a todas esas actividades, que no eran sino una huida del padecer. Resultaba penoso estar solo, por eso se fundaron las sociedades. Resultaba penoso escuchar dentro de si unas voces que exigían de ustedes vivir sus propias vidas, buscar su propio destino, morir su propia muerte.
¿Son ahora felices? ¿Tienen paz y alegría de corazón? ¿Les sabe dulce el destino ahora? ¿Sabe mas amargo que nunca? Es por eso que corren en pos de nuevas acciones, salen a la calle, alborotan… ¡Esto es por que huyen eternamente del sufrimiento!
Aprender a sufrir es difícil. Encontraran el ejemplo con mas frecuencia y mas hermoso, entre las mujeres que entre los hombres. ¡Aprendan de ellas! Aprendan a escuchar cuando habla la voz de la vida. Aprendan a tener respeto de la vida, respeto de ustedes mismos.
Del sufrimiento surge la fuerza; del sufrimiento surge la salud. El padecimiento fortalece, hace resistente. Solo los niños huyen a cada dolor. Yo amo a los niños, mas como podría amar a aquellos que se empeñan en querer seguir siendo niños toda la vida.
Así son todos los que se empeñan en huir del sufrimiento para refugiarse en el trabajo, en la actividad, movidos por un triste y antiguo miedo infantil al dolor y la oscuridad.
¿Qué les queda de todos sus oficios? El dinero se fue, y con el todo el brillo de su cobarde aplicación.
¿Dónde esta el gran hombre, el héroe? ¿Dónde están todas las grandes ideas felices? La acción buena y resplandeciente, no procede del hacer, de la actividad, no del afán de martilleo, sino que crece solitaria en las montañas, en las cumbres, donde hay silencio y peligro. Nace de unos padecimientos que ustedes todavía tienen que aprender a padecer.

jueves, 15 de julio de 2010

EMPEZANDO POR EL PRINCIPIO.Eduardo Galeano

EMPEZANDO POR EL PRINCIPIO. Los valores sin precio.
Eduardo Galeano

En estos días están ocurriendo, en muchos países a la vez, numerosas manifestaciones populares contra la vocación guerrera de los amos del planeta. En las calles de muchas ciudades, esas manifestaciones dan testimonio de otro mundo posible. El mundo tal cual es transpira violencia por todos los poros y está sometido a una cultura militar que enseña a matar y a mentir. David Grossman, que fue teniente coronel del ejército de los Estados Unidos y está especializado en pedagogía militar, ha demostrado que el hombre no está naturalmente inclinado a la violencia. Contra lo que se supone, no es nada fácil enseñar a matar al prójimo. La educación para la violencia, que brutaliza al soldado, exige un intenso y prolongado adiestramiento. Según Grossman, ese adiestramiento comienza, en los cuarteles, a los dieciocho años de edad. Fuera de los cuarteles, comienza a los dieciocho meses de edad. Desde muy temprano, la televisión dicta esos cursos a domicilio. Su compatriota, el escritor John Reed, había comprobado, en 1917, que «las guerras crucifican la verdad». Muchos años después, otro compatriota, el presidente Bush Padre, que había desatado la primera guerra contra Irak con el noble propósito de liberar a Kuwait, publicó sus memorias. En ellas confiesa que los Estados Unidos habían bombardeado Irak porque no se podía permitir «que un poder regional hostil tuviera de rehén buena parte del suministro mundial de petróleo». Quizá, quien sabe, alguna vez el presidente Bush Hijo publicará una fe de erratas sobre su propia guerra contra Irak. Donde dice: «Cruzada del Bien contra el Mal», debe leerse: «Petróleo, petróleo y petróleo». Más de una fe de erratas será necesaria. Por ejemplo, habrá que aclarar que donde dice: «Comunidad internacional», debe leerse: «Jefes guerreros y grandes banqueros». ¿Cuántos son los arcángeles de la paz que nos defienden de los demonios de la guerra? Cinco. Los cinco países que tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y esos custodios de la paz son, además, los principales fabricantes de armas. En buenas manos estamos. ¿Y cuántos son los dueños de la democracia? Los pueblos votan, pero los banqueros vetan. Una monarquía de triple corona reina sobre el mundo. Cinco países toman las decisiones en el Fondo Monetario Internacional. En el Banco Mundial, mandan siete. En la Organización Mundial de Comercio, todos los países tienen derecho de voto, pero jamás se vota. Estas organizaciones, que gobiernan el mundo, merecen nuestra gratitud: ellas ahogan a nuestros países, pero después nos venden salvavidas de plomo. En 1995, la American Psychiatric Association publicó un informe sobre la patología criminal. ¿Cuál es, según los expertos, el rasgo más típico de los delincuentes habituales? La inclinación a la mentira. Y uno se pregunta: ¿No es éste el más perfecto identikit del poder universal? ¿Qué debe leerse, por ejemplo, donde dice: «libertad de trabajo»? Debe leerse: derecho de los empresarios a arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas obreras. Se trabaja el doble a cambio de la mitad: horarios de goma, salarios enanos, despidos libres, y que Dios se ocupe de los accidentes, las enfermedades y la vejez. Las principales empresas multinacionales, Wal-Mart y McDonald’s, prohíben expresamente los sindicatos. Quien se afilia un sindicato pierde su empleo en el acto. En el mundo de hoy, que castiga la honestidad y recompensa la falta de escrúpulos, el trabajo es objeto de desprecio. El poder se disfraza de destino, dice ser eterno, y mucha gente se baja de la esperanza como si fuera un caballo cansado. Por eso la elección de Lula a la presidencia del Brasil va mucho más allá de las fronteras de este país: la victoria de un obrero sindicalista, que encarna la dignidad del trabajo, ayuda a difundir las vitaminas que todos necesitamos contra la peste de la desesperanza.
<< POEMAS >>
ERNESTO LEONIDES


NO SIEMPRE SOY INFERNAL SINO GUSANO.
Tengo órdenes de ser absolutamente verde,
Como gusano de lechuga o como hoja de eucalipto.
Tengo instrucciones de mantenerme intacto,
Lustrosamente reptante…
Se me pidió repeler a los indignos y eso haré.
Me dejaron las señales para reconocer a los cobardes
Y echarlos de aquí...
Me confiaron las palabras que hacen humedecer
A todas las mujeres…
¡Claro que me ocupare de eso!
Pero ahora no estoy listo, estoy cansado…
Por tanto no responderé ninguna pregunta
Que contravenga mi condición de gusano.

Ni declarare nada que sensatamente
No incumbiera a un gusano feliz,
De Sol y de humedad…
Pero apacible, sin ferocidad.
Y desde luego, sin gana
Alguna de suicidarse…



RECLAMO.
Mujer, regrésame
La costilla que te di.



TRES BOCAS TIENE SU CUERPO.
Tres bocas tiene su cuerpo que es prodigioso,
Ella, la de los buenos augurios,
Me recita los salmos, me cuenta historias,
No me detengo un instante, las doy por ciertas,
En ella inicia y termina mi cruzada por la carne.
Fuera de ella todo ha sido demolido.

De su boca, primera abertura, escurre resina,
Único acceso que procura palabras,
Las otras urnas (las dos) producen suspiros, gemidos,
Estrangulos de aire también, pero cuya
Significación compete a la entraña de la carne.
Las palabras solo su boca con lengua las contiene.

No tengo tiempo de verificar los datos que me ofrece su piel,
Saliva, su músculo, mucosa, su grasa, huesos,
Solo abrevo y continúo.
Ella como buena anfitriona me guía…

De ahí a su Deus Pixide hay mucha historia; su ya cantada,
Floreada, su segunda boca que siempre gotea...
(Sacre virgines, quibus in gynaeceo cunclis nulla vía
dabatur agnoscendi juvemem… interposita illum ad se…).(1)
Cuatro millones de años que otras generaciones
Han convenido como la más propia al deseo.

Sigo descendiendo, Virgilio se ha quedado muy atrás ya…
Rastreando sus olores cada vez más intensos
Llego a su boca pequeña (3ª)
Ultimo acceso de lo que vive de mí.
Diminutos dientes mastican mi fuerza
En alargada y filosa carne mía.
Mordida de sexo rabioso, encías internas que aprietan
Lo que apenas cabe en lo que apenas contiene.
Gruñe, fosa común de lo que vive y los despojos.
Tres bocas tiene su cuerpo que es prodigioso…

(1) Juan Luís Maneiro. México S.XVIII : “Las vírgenes sagradas que encerradas en el gineceo, no se les daba medio alguno de conocer al joven…obtenían, les fuera llevado a ellas…” De: “Sobre la vía de tres ilustres mexicanos.”



NUBES.
Las nubes tiradas boca abajo
De vez en vez y vanidosas
Lanzaban una ajena mirada
Sobre las cosas terrestres.
No admiten medición humana
Ni reconocen más cronología
Que no sea la eternidad.
Nodrizas inmensas
No se permiten otra afiliación
Que no sea la indiferencia.



LA 3ª.
Desperté sin ganas de moverme
Y me ocupe en recortar en partes,
La flexibilidad de las sombras.
Luego esparcí, en la tensión
Alambrica de la tarde, por pares,
Los residuos sombra de mis dedos, mis brazos.
Ya sin peso, quede sembrado en la cama,
Mientras los vapores del alcohol,
Siniestros, se elevaban en arabescos…
Enchufaron la ciudad eléctrica, hecha de:
¡Fútiles folios fósiles, fundidos fusiles fusibles!



I
Tú tienes el mar ahí adentro,
Cuando por las noches me recuesto en tu vientre,
Escucho murmullos de corrientes profundas,
Vestigios de rocas azotadas por el oleaje.
Chapoteo de pies descalzos en las riveras marinas.
Tu ríes y dices que es tu estomago,
Que esos sonidos son de tus intestinos.
Pero no, yo se que tienes el mar ahí adentro.
De que otra manera me explico
Que fluya espuma marina de tu ser,
Que refresca mi veleta cuando te penetro.
Navego mar adentro, ya en el centro,
Agito tu interior, liberando un
Banco de inquietos hipocampos,
Cosquillean en tus labios internos,
No pueden estar quietos y salen,
Llegan hasta tus muslos,
Subsisten un poco en la salinidad de tu cuerpo
Pero el calor seca el sudor
Y perecen en tu piel, se fosilizan…

II
Te digo y explico esto y vuelves a reír incrédula.
Pero es tan evidente la presencia del mar en ti,
En tu boca, arrecife de coral,
Anémonas y esponjas habitan ahí
Y bajo tu lengua, escondida,
Una estrella de mar ensaliva mi oreja.
Pero tú no quieres creer lo que te digo,
Aguas árticas hay bajo tus brazos
Y tus senos, cumbres boreales
Que ancestrales vikingos de mis dedos
Exploraron hace mucho tiempo…
La rosa de los vientos yace en tu ombligo
Y mas abajo, mas abajo de tu vientre,
Esta el Caribe…
Tesoros hundidos, sucios piratas,
Galeones encallados, playas brillantes de sol.
En tu espalda se hayan inscritas rutas secretas.
Hay tantas referencias en los litorales de tu cuerpo.
En tu pubis, presencia de algas y arena,
Hay señales claras en todo tu cuerpo,
Hay vestigios del mar…

III
Hasta ahí el Caribe y después,
Mas abajo, se haya el pacifico,
Entre tus piernas, el mar de la tranquilidad
Se escurre desde tu interior,
Hasta mojar las sabanas de nuestro lecho.



BUENAS NOCHES.
Ángeles que guardan y coronan tu sueño.
Demonios lujuriosos que lamen el techo de su mundo,
Que para ti es el sendero de la tierra que pisas.



UN PASEO NOCTURNO SOBRE LA CIUDAD
VUELTA ESPEJO.
Ceso de llover, salimos al centro.
Caminabas de mi brazo,
Toda la ciudad en duplicado
Sobre el suelo mojado.



HUMILIS SPIRITU SALVAVIT.
I
Las cosas estáticas
Son altamente vulnerables
Al polvo y al olvido.

II
El polvo se sirve,
De los hilos de luz
Para trasladarse.



MIENTRAS OCURRE LO OSCURO.
La noche, el gran cultivo
De sonidos dilatados.
Yo no me muevo, lo evito,
Para no provocar derrumbes.



SOMOS TRES.
Luego te cuento lo que cantan
Mi sangre y mis huesos,
Que hacen fiesta
Cuando tú estas cerca.



La 4ª.
Todos los rincones
Han sido rellenados
De plastilina en forma
De sonido. El silencio,
Esta vez, ha sido
Desterrado…



LA 6ª.
Eternauta clase media, en caída libre
Al inevitable cansancio de la tarde de ciudad.
La vida se estacionara sobre nosotros
Y decir hoy, será cualquier día y mañana y el siguiente,
Lo mismo. Eso no importa, mi nostalgia no esta hecha
De tiempo, lo que lamento de más es tu espacio,
Todos los lugares de tu atmósfera desbordada,
Ahora, ya imposible de recuperar…



LUGAR DE REPOSO.
El asilo, ultimo retiro del polvo sedentario,
La inusual gravedad y parsimonia
Se la da la luz molida que lo atraviesa
Sin tomarle parecer.
Polvo lento sobre las cosas,
Estacionado con esfuerzo,
Acarreando cansancio lejano.
Antes que el olvido empiece a obrar
En los objetos: bastones lerdos,
Anteojos miopes, relojes de un tiempo innecesario…
Todas ellas se declaran inútiles y solicitan
No se les vuelva a molestar…
Después, todo es barrido por el pelo de Dios.



I
El León fue evolucionando para matar al Ñiu.
Y el Ñiu perfeccionándose para no dejarse matar por él.
Sencillo, siempre asistirán a su cita; Sabemos que ambos se sueñan,
Uno vive en las fantasías del otro y este en las de aquel.
De forma similar Mujeres y Hombres se añoran, se persiguen.

II
El Tiburón temía al Liopleurodon, cuando este se extinguió,
Aquel soñó tranquilo. Domina y pasea desde entonces a sus anchas.
¿Hasta cuando durara esto? El Tiburón no siente miedo de nada.
Y come como si quisiera tragárselo todo. Pero llegara un día…
¡Los Humanos no son mejores Criaturas que el Tiburón!

III
El Ornitoqueirus quería solo lo que quiere el Gato,
Pero conoció un mundo con solo dos Estaciones:
De humedad profunda y sequía cruel. El Gato dormido
Se estira y busca la brisa fresca de la tarde, sueña que vuela…
¡Que mundo, que seres pueblan y conviven en esta casa!
Por mucho el Gato, seria la envidia del ave reptil extinta.



CREPUSCULAR.
La tarde se escurrió sobre todas las cosas,
Los muebles rechinando, su inmovilidad nos reprochaban
El aire de semen, enrarecido y cansado, se colgó en la cortina,
La última luz filtrada barnizaba tu cuerpo.
Eras el horizonte, ultima línea que dibuja el sol
En su huida. Yo recostado en tu vientre escuchaba,
¿Qué tenias ahí?
a) Plankton mezclado con leche y miel de los Cantares…
b) Oro, incienso y mirra cocinándose con lo que almorzamos…
c) Trufas, jengibre, alcachofas… y toda especie rara que no probaré…



NUEVOS INQUILINOS.
El pudridero de la primavera estaba ya en su apogeo.
Los cananeos, se dice, eran especialmente depravados;
Esto lo opinaban otros hebreos, que en Sodoma,
Hablaban de moral mientras escombraban
La ciudad destripada por el Señor…



HASTIO.
Bancas de parque,
Hastiadas
De culos de gente.



(I) LLORANDO:
De hecho vine con mi uniforme de “Blue Demon” a pedirte perdón
Y para que no olvides que soy un ser obscuro (Con “b” de burro).
Que vive inmerso en una soledad estrafalaria, catacumbica.

(II) MEJOR ASÍ:
Ya vuelvo a mis Putas baratas y tú a la conquista de excursionistas,
Políglota de ambiente… Recuerda que los hombres blancos
Han sido depredadores magníficos; No creas nada de lo que digan.
Los pobladores de Tenochtitlan confiaron en ellos, ya ves lo que paso.

(III) EN ADELANTE:
Quédate con tu agenda llena, con el ajetreo de las cantinas del centro.
Con tu itinerario de los simpáticos chicos del sector Berlín, Barcelona,
Ámsterdam, Havre, Paris… de ultramar a la condesa.

A esta hora que te pienso, todos tenemos frió y estamos cansados,
¡Ciudad levántate! y yo que aun no he empezado a dormir…

Déjame a mí maldecir por mi lado. Deja que no encuentre lengua
Para decir lo que pienso, ¡voy a contar hasta diez! Recuerda…
Que un verdadero Poeta a los seis meses apesta.
Uno como yo, para convivir dos años limpios y luego desaparecer.



CLONAZEPAM PARA DOS.
El restablecimiento de la dirección del sol.
La migración de las aves en curso.

Para que las flores asciendan y no se sumerjan
En la tierra. Que el viento Levante
Golpee al occidente.

Que los caracoles avancen y no vayan
En reversa de donde vienen,
Que siempre vayan aprisa.

Que las nieves eternas permanezcan
En suspenso solidó.
Que las estrellas no se nos vengan encima
De luz liquida, que sean de gas...

Todas estas cosas dependen de tu salud,
Gatita que ya no frecuenta mi noche.
Restablécete y permítele al mundo
Que conserve su orden.

Mi salud, mi buena suerte,
Mi aurora boreal,
Mi lámpara de día,
Mi cabeza en su sitio,
Mi medicina…



DE LA MUERTE HABLAN SOLO
LOS QUE NO VAN A MORIR.
El perro buscando alivio, acostó
Su sarna bajo el sol medicinal.
Agonizaba; no había duda.
Al encontrar un lugar tranquilo,
De emergencia, se echo sobre el sofocante dolor
(Toda la noche lloro su espinazo quebrado).
Con el cenit le volvió un poco la vida;
El sol tostaba y sedaba su alma…
En esa tibia calma se volvió (un poco) vegetal;
Y le vino una iluminación solar…
Como a las plantas, nutriéndose de luz pura,
Inmóvil pero inmenso.
Su ángel tutelar (que también estaba allí)
Me pidió mis manos sucias,
Para que aquel ser extraño,
Vistiera su sarna con caricias,
Que es lo que mas anhelan ellos
De nosotros… y me sentí bueno.
Pero el dolor tiene memoria y vuelve.
En un ejercicio de extrema empatía,
Extrañe con él, terriblemente
El crepúsculo de ese día, la noche,
La luna y la aurora siguiente
Que se perdería…

Es por demás, yo tenía, sin certeza,
Algunas mañanas mas (y aquí estoy).
Efectivamente, era solo un ejercicio.

Cantar es invocar al dios muerto que duele
Dentro de nosotros; Bramo por sus amantes.
Aulló por sus compañeros de aventuras.
Estamos hechos para no olvidar nada.

Morir es el instante más solitario
Aunque la agonía se extienda acompañada.
Los estremecimientos finales
Y Dios despertó, se asomo por sus ojos
Hermosos, destellos van de Graaff,
Como luciérnagas en barrena,
Perforando la noche de sus corneas,
El filamento de su mirada incandescente
Se apago, e incomunicable se fue.

Animales grandes, insectos, plantas,
Humanos que nos harán falta
Por siempre (que es un breve tiempo).
Nosotros también veremos
Las estrellas de frente y de cerca
Álbumes de familia…

Es una pena:
Benjamín se va. ¡Un niño nace!
Otro conoce a alguien más;
Dos se despiden para siempre;
Los arrecifes de coral; beber vino y
Agua; mirar la tarde por un Vermeer;
Las hormigas; la lluvia; las flores;
El estiércol; los capullos; las formas;
Tres tristes tigres; el bosque;
La muerte…


VIMOS PASAR UN COMETA.
Como broche prendido
A la solapa de la noche:
Altazor se aferra
A una pluma,
De la que cae
Un pájaro
Y el cielo.


PARA UN DIEZ DE OCTUBRE.
Mañana nacerán flores y plantas
Que tanto quieres;
Y algunas solo vivirán un día,
Olor de epazote y perejil;
Venir tan solo a dejar perfume,
Para tu memoria.
Pa llevar a todas partes
A donde va tu casa…
Que afortunados,
Un cumpleaños más
Y los recuerdos,
Que entre mas usamos,
Más retocamos… amor.
Hasta que un día,
El Día de tu Cumpleaños,
Llegue a ser tan parecido,
A cuando Felicita fue niña,
Como Lijih, y soñaba,
Y levantaba flores y grillos,
Y pensaba en volar y en nubess…


TENTATIVA DE POEMA.
Hay un mundo preparado ya para ti
Que ella y yo tratamos de amoldar
Para evitarte tristezas…

Guardarte para luego algunas alegrías,
Para cuando tengas la idea “que la vida pesa y duele”
Que te las puedas poner como quien se pone un lindo traje,
O quien cambia las flores de un siempre bello jarrón…

Pusimos el rostro (los dos) para desahogar
Un poco al mundo de sus viejas furias,
Recibimos algunas bofetadas que, presentíamos,
Te buscarían cuando fueras más grande y valiente…

Contuvimos cierta cantidad de risas y júbilos
Para arrullarte cuando fueras viejo y solo…
“Las madres nunca duermen completamente.”

Tu mama me dijo que quería comer menos,
Para “guardarte un bocado de pan”
Que nacerías con hambre de estrellas…

Y cuando me vio llorando, ambos nos dimos cuenta
Que delirábamos de felicidad por ti…
Solo de pensarte, el mundo es más bueno y más…

Si Euclides lo supiese... se sentiría muy orgulloso

Si Euclides lo supiese... se sentiría muy orgulloso (*)
Patrones de regularidad máxima en música, geometría, informática y otras disciplinas


Francisco Gómez Martín
Escuela Universitaria de Informática
Universidad Politécnica de Madrid
e-mail: fmartin@eui.upm.es
página web: http://www.webpgomez.com



1. Introducción

Ritmos africanos de campanas, escalas musicales de estilos diversos, fisión nuclear en aceleradores de neutrones en física, sucesiones lineales en matemáticas, palabras mecánicas y teoría de cadenas en informática, dibujo de rectas digitales en gráficos por ordenador, cálculo de años bisiestos en diseño de calendarios y, por último, aquel antiguo procedimiento de cálculo del máximo común divisor (divide mientras puedas), descubierto por Euclides, el insigne geómetra... todos estos conceptos, dispares y variopintos, ¿qué tienen en común? Una respuesta breve es: todos, de una u otra manera, poseen patrones distribuidos lo más regularmente posible. Para una respuesta más detallada a esta intrigante pregunta, siga leyendo el amable lector.

Varios investigadores de la música han observado que hay una tendencia a encontrar patrones distribuidos lo más regular o uniformemente posible. Tomemos como ejemplo el ritmo. Un ritmo está compuesto por pulsos de igual duración. En cada pulso puede haber una nota, a la cual designaremos por [x], o un silencio, que denotaremos por [ • ]. Así, por ejemplo, el ritmo de palmas de la sevillana se puede notar como [x • • x • • x • • x • • ]. Salta a la vista que sus 4 notas están distribuidas muy regularmente en los 12 pulsos de que consta el ritmo; de hecho, están distribuidas de la manera más regular posible. Por el contrario, el ritmo [x x x x • • • • • • • • ] no tiene las notas distribuidas regularmente, sino más bien amontonadas.

En los ritmos de la música tradicional del mundo, especialmente en la no occidental, esta distribución de notas con regularidad máxima es muy frecuente. ¿Por qué esos ritmos muestran tal preferencia? Primero hay que decir que muchos de los ritmos con distribución regular de notas pertenecen a la categoría de las claves. En muchas de esas tradiciones musicales hay un ritmo que se repite invariablemente, llamado clave, y que sirve como referencia rítmica y métrica, muchas veces incluso de referencia estructural. Ese ritmo suele tener una estructura de pregunta-respuesta. La pregunta rítmica se plantea creando tensión rítmica y la respuesta relajando dicha tensión. Los ritmos de regularidad máxima tienden a crear tensión rítmica, sobre todo si el número de notas y el número de pulsos son primos entre sí (no tienen divisores comunes salvo el 1). En este caso las notas “contradicen” las notas que se esperan a partir del número total de pulsos. Consideremos, por ejemplo, el ritmo [x • • x • • x • ]. Tiene 8 pulsos y 3 notas y observamos que 3 y 8 son primos entre sí. Por ser 8 divisible por 2 y 4, las notas sobre múltiplos de 2 y 4 se perciben como estables. Sin embargo, este ritmo tiene notas en 0, 3 y 7. Al tocar ese ritmo se percibe una superposición de un ritmo ternario, las tres notas del ritmo, sobre un ritmo binario, la estructura binaria de los pulsos. Todo ello, ciertamente crea tensión rítmica.

Demain y otros colegas, autores del trabajo The Distance Geometry of Music [DGM+09], investigaron la relación entre la distribución de regularidad máxima de patrones y otras disciplinas, con especial énfasis en el ritmo musical.


2. Euclides y la regularidad máxima en varias disciplinas

¿Recuerda el lector, ejem, de cierta edad, de su más tierna infancia el cálculo del máximo común divisor? Probablemente, le suene un método para calcularlo en que había de realizar muchas divisiones. Era el llamado algoritmo (o método) de Euclides (importante matemático griego que vivió alrededor del 300 a.C., autor de los Elementos). Sorprendentemente, los ritmos de máxima regularidad de que hablamos se pueden generar con el viejo algoritmo de Euclides. Veamos cómo.


2.1. El algoritmo de Euclides

El algoritmo de Euclides consiste en hacer divisiones sucesivas para hallar el máximo común divisor de dos números positivos (m.c.d. de aquí en adelante). Si queremos hallar el m.c.d. de dos números a y b, suponiendo que a > b, primero dividimos a entre b, y obtenemos el resto r de la división. Euclides se dio cuenta de que el m.c.d. de a y b era el mismo que el de b y r. En efecto, cuando dividimos a entre b, hallamos un cociente c y un resto r de tal manera que se cumple que:

a = c • b + r.

Esta ecuación nos dice que todo divisor común de a y b tiene que serlo también de r. En particular, el m.c.d. de a y b es el m.c.d. de b y r.

Por ejemplo, calculemos el máximo común de 17 y 7. Como 17 = 7 • 2 + 3, entonces el m.c.d.(17,7) es igual al m.c.d.(7,3). De nuevo, como 7 = 3 • 2 + 1, entonces el m.c.d.(7,3) es igual al m.c.d.(3,1). Aquí es claro que el m.c.d. entre 3 y 1 es simplemente 1. Por tanto, el m.c.d entre 17 y 7 es 1 también.


2.2. Ritmos euclídeos

¿Cómo se transforma el cálculo del máximo común divisor en un método para generar patrones distribuidos con regularidad máxima?

Ilustraremos el proceso con un ejemplo de ritmos. Supongamos que tenemos 17 pulsos y queremos distribuir de forma regular 7 notas en los 17 pulsos. Sigamos los pasos dados en la Figura 1. Primero, alineamos el número de notas y el número de silencios (siete unos y diez ceros); véase la Figura 1 paso (1). A continuación, formamos grupos de 7, los cuales corresponden a efectuar la división de 17 entre 7; obtenemos, pues, 7 grupos formados por [10] (en columnas en el paso (2) de la figura). Sobran tres ceros, lo cual indica que en el paso siguiente formaremos grupos de 3. Tras formar el primer grupo véase el paso (3) de la Figura nos quedamos sin ceros. Continuamos agrupando de 3 en 3 tomando los grupos de la otra caja, en la que quedan 4 columnas (Figura 1 paso (4)). Procedemos así hasta que queden uno o cero grupos; de nuevo, esto es equivalente a efectuar la división de 7 entre 3. En nuestro caso, queda un solo grupo y hemos terminado (paso (5)). Finalmente, el ritmo se obtiene leyendo por columnas y de izquierda a derecha la agrupación obtenida (paso (6)).



Figura 1. Generación de ritmos euclídeos.

Aquí cada 1 representa una nota [x] y cada 0, un silencio [ • ]. El ritmo que hemos generado con nuestra notación se escribe entonces como [x • • x • x • • x • x • • x • x • ].

Los ritmos generados por este método se llaman ritmos euclídeos. El ritmo euclídeo de k notas y n pulsos se designa por E(k, n). Otra manera útil de designar un ritmo es mediante las duraciones de las notas en términos de pulsos. Así, por ejemplo, el ritmo de la sevillana [x • • x • • x • • x • • ] se puede escribir como (3333), donde cada 3 indica que dura tres pulsos. El ritmo euclídeo que acabamos de obtener con esta notación se escribe E(7, 17) = [x • • x • x • • x • x • • x • x • ] = (3232322).

Demain y sus coautores [DGM+09] probaron formalmente que este algoritmo proporciona, salvo rotaciones, la única manera de distribuir k objetos entre n del modo más regular posible. Aún más, había varios algoritmos propuestos de manera independiente y ellos probaron que, en realidad, eran todos equivalentes al viejo algoritmo de Euclides. Suponemos que si Euclides lo supiese... estaría muy orgulloso. Quizás nos oye desde su tumba y está sonriéndose ahora.

Damos a continuación una pequeñísima muestra de ritmos euclídeos que se encuentran en las músicas tradicionales del mundo.

• E(5, 8) = [x • x x • x x • ] = (21212) es el cinquillo cubano, así como el malfuf de Egipto, o el ritmo coreano para tambor mong P’yon. Si el ritmo se empieza a tocar desde la segunda nota aparece un popular ritmo típico de Oriente Próximo, así como el timini de Senegal. Si se empieza en la tercera nota tenemos el ritmo del tango.

• E(5, 12) = [x • • x • x • • x • x • ] = (32322) es un ritmo muy común en África central que tocan los pigmeos aka. Cuando se toca desde la segunda nota es, entre otros, la clave columbia de la música cubana y el ritmo de la danza chakacha de Kenya.

• E(5, 16) =[x • • x • • x • • x • • x • • • ] = (33334) es el ritmo de la bosa-nova de Brasil. Este ritmo se toca a partir de la tercera nota.

Existen cerca de dos centenares de ritmos de músicas del mundo documentados que son generados por el algoritmo de Euclides.


2.3. Los sistemas de sincronización en los aceleradores de neutrones

En las líneas anteriores hemos planteado el problema de distribuir notas en un número dado de pulsos de la manera más regular posible. Bjorkland, del Laboratorio de los Álamos en Estados Unidos, se encontró con un problema similar, aunque en un contexto diferente. Bjorklund tenía un sistema de sincronización que activaba una serie de puertas a lo largo de un periodo fijo de tiempo [Bjor03] compuesto de n intervalos (cada intervalo tenía 10 segundos). Las puertas, a su vez, controlaban el voltaje en un acelerador de neutrones. Cada puerta puede activarse durante cualquier periodo de tiempo dentro de los n intervalos. El problema era activar las puertas dentro de los n intervalos de tiempo de la manera más regular posible. Bjorklund lo consiguió imitando el comportamiento del algoritmo de Euclides.


2.4. El dibujo de rectas digitales

Los ritmos euclídeos y los patrones distribuidos regularmente también aparecen en gráficos por ordenador [KR04]. El problema aquí es convertir una recta descrita matemáticamente por dos puntos en el plano a una sucesión de píxeles (elementos de pantalla) que representen lo más fielmente posible dicha recta. El conocido algoritmo de Bresenham se usa para dibujar esas rectas digitales. Dicho algoritmo calcula qué píxeles interseca la recta, y esos son los que aparecen iluminados. Curiosamente, los píxeles de la recta se pueden generar como si fueran un ritmo euclídeo.

En la Figura 2 tenemos un segmento de recta entre los puntos (0,0) y (16,5). La pantalla, como sabemos, es una retícula formada por cuadrados de lado un píxel. Los píxeles sobre los que pasa la recta se iluminan, en azul en la Figura 2. Si examinamos el patrón de píxeles iluminados por debajo de la recta, vemos que se trata de (43333), que es el ritmo euclídeo E(5,16) = [x • • • x • • x • • x • • ]. En cambio, los píxeles iluminados por encima de la recta dan el patrón (33334), que es una rotación de E(5, 16).



Figura 2. Ritmos euclídeos y dibujo de rectas digitales.


2.5. El cálculo de años bisiestos

Durante cientos de años el ser humano ha observado y medido el tiempo que media entre dos puestas de sol (el día) y entre dos estaciones consecutivas (el año). Como explica Marcia Ascher, profesora emérita de la Universidad de Ítaca (Nueva York), estos sucesos naturales han guiado el diseño de calendarios en diversas culturas [Asch02]. Llamemos A a la duración de una revolución completa de la Tierra alrededor del Sol, comúnmente conocida como un año. Designemos por D la duración de la rotación de la Tierra sobre sí misma, también conocida por un día. Estas dos duraciones no son constantes, cambian con el tiempo debido a causas físicas. No obstante, el cociente A/D se puede tomar como 365,242199..., aproximadamente. Por tanto, parece conveniente hacer que un año tenga 365 días. El problema de despreciar la parte decimal de ese cociente, un mísero 0,242199..., surge cuando ese error se acumula a lo largo del tiempo y entonces se convierte en una cantidad de tiempo más que apreciable. El calendario juliano, así llamado en honor a Julio César, soluciona este problema de un modo simple: añade un día cada cuatro años, pues 0,242199•4 = 0,968796 1. Un año con un día de más se llama un año bisiesto en este calendario. El calendario juliano todavía introduce errores significativos. Establece que el año tenga 365,25 días y esto produce un error menor que el puro truncamiento (0,25 − 0,242199 = 0,007801), aunque por exceso. El calendario gregoriano se introdujo para evitar ese redondeo por exceso. En el calendario gregoriano un año bisiesto se define como un año divisible por 4, excepto aquellos no divisibles por 100 y aquellos no divisibles por 400. Con esta regla un año bisiesto dura 365 + 1/4 − 1/110 − 1/400 = 365,2425, una aproximación mucho mejor a la verdadera longitud del año.

Otra solución la brinda el calendario hebreo, el cual usa la idea de ciclos (aquí es donde entran los patrones distribuidos regularmente). Un año regular tiene 12 meses y un año bisiesto, 13 meses. El ciclo tiene 19 años que incluye 7 años bisiestos. Los 7 años bisiestos hay que distribuirlos lo más regularmente posible en el ciclo de 19 años. Si el resto de dividir un año de un ciclo es 3, 6, 8, 11, 14, 17 ó 19, entonces es un año bisiesto. El año 2009, que es el 5770 en el calendario hebreo, no es bisiesto porque 5770 = 303 • 19 + 13, pero el año 2010 sí lo será. La distribución de los años bisiestos en el ciclo se puede pensar como un ritmo euclídeo de 7 notas en 19 pulsos, esto es, E(7,19) = [x • • x • x • • x • • x • x • • x • • ]. Cuando se lee el ritmo a partir del séptimo pulso, se obtiene el patrón [ • • x • • x • x • • x • • x • • x • x ], que es exactamente el patrón del calendario hebreo (obsérvese las notas en las posiciones 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19).


3. Curiosidades de los ritmos euclídeos

Por falta de espacio, no hemos explorado las relaciones de los ritmos euclídeos en otros campos. Así, por ejemplo, los ritmos euclídeos en matemáticas aparecen en las sucesiones de Beatty, y en informática, dentro de la teoría de cadenas en relación con las palabras mecánicas y las cadenas euclídeas.

Los ritmos euclídeos, aparte de su gran ubicuidad, como hemos visto en las secciones anteriores, tienen propiedades interesantes por sí mismos. El lector habrá advertido que un ritmo euclídeo está compuesto por la repetición de un patrón, llamado el patrón principal, más posiblemente otro patrón, llamado la cola. Por ejemplo, el ritmo E(7, 17) = [x • • x • x • • x • x • • x • x • ] está formado por la repetición tres veces de [x • • x • ], el patrón principal, seguido de [x • ], la cola. Si E(k, n) es un ritmo euclídeo y k y n no son primos entre sí, entonces la cola es vacía. En caso contrario, la cola no es vacía. Gómez, Talaskian y Toussaint [GTT09a, GTT09b] probaron que el patrón principal y la cola son euclídeos también. Esto confiere a los ritmos euclídeos una fascinante propiedad de autosimilitud, la cual los relaciona profundamente con los fractales. Esos mismos autores investigaron las operaciones con ritmos euclídeos, tales como la concatenación, la sombra de un ritmo, el complementario (intercambiar notas y silencios en un ritmo euclídeo produce otro ritmo euclídeo) y la alternancia. También abordaron problemas sobre descomposición de un ritmo euclídeo en otros ritmos euclídeos y lo pusieron en relación con los ritmos entrelazados, esto es, conjuntos de ritmos que comparten ciertas notas.


4. Para saber más

Los resultados expuestos en este trabajo han sido obtenidos por Francisco Gómez y sus colegas. Para más información véanse los artículos [DGM+09, GTT09a y GTT09b].


Referencias

[Asch02] M. Ascher: Mathematics Elsewhere: An Exploration of Ideas Across Cultures. Princeton University Press, Princeton, 2002.
[Bjor03] E. Bjorklund: The theory of rep-rate pattern generation in the SNS timing system. SNS ASD Technical Note SNS-NOTE-CNTRL-99. Laboratorio Nacional de Los Álamos, Los Álamos, Estados Unidos, 2003.
[DGM+09] E.D. Demaine, F. Gómez Martín, F. Meijer, D. Rappaport, P. Taslakian, G.T. Toussaint, T. Winograd, D.R: Word: The distance geometry of music. Computational Geometry: Theory and Application 42 (2009), 429-454.
[GTT09a] F. Gómez, P. Talaskian, G.T. Toussaint: Structural Properties of Euclidean Rhythms. Journal of Mathematics and Music 3, no. 1 (2009), 1-14.
[GTT09b] F. Gómez, P. Talaskian, G.T. Toussaint: Interlocking and Euclidean Rhythms. Journal of Mathematics and Music 3, no. 1 (2009), 15-30.
[KR04] R. Klette, A. Rosenfeld: Digital straightness - a review. Discrete Applied Mathematics 139 (2004), 197-230.


Sobre el autor
Francisco Gómez Martín realizó su tesis en Geometría Computacional bajo la dirección de Godfried Toussaint, de McGill University (Montreal). Tras su tesis obtuvo una plaza de profesor en la Escuela Universitaria de Informática (Universidad Politécnica de Madrid). Desde 1996 hasta 2003 sus principales campos de investigación fueron la Geometría Computacional, la Computación Gráfica y la Localización de Servicios. Movido por la que siempre fue una de sus más profundas pasiones, la música, cambió radicalmente de campo de investigación en 2003. Desde entonces hace exclusivamente investigación sobre la relación entre música, matemáticas y computación. Sus principales proyectos de investigación comprenden similitud rítmica y melódica, tanto en modelos abstractos como aplicados a géneros concretos como el flamenco o la música afrocubana, las medidas de síncopas, las transformaciones rítmicas, la evolución de estilos o los ritmos euclídeos. Es miembro del Centre for Interdisciplinary Research on Music and Multimedia Technology (CIRMMT), dependiente de McGill University.

lunes, 21 de junio de 2010

De Armando Molina(gungadín) y otros monstruos que en mi habitan

Que mejor cura para la distancia que acortarla

Mover los pies
dar motivos al andar
sin destino fijo.

¿Habrá que tener destino fijo
para matar la incertidumbre
de los pasos
o habrá que dar al paso
algún pretexto para moverse?

Desearía pensar que la incertidumbre
es una vieja que gusta de malgastar
tu tiempo
mientras te decides que hacer con
tu vida.


Un intento de haiku

Yace un cuerpo,
desnudo frío,
inherte, deshabitado.


Ya no adivino pasos
todos tienen destino
y por piernas segundos.

Mujer fugaz

Me gusta la mujer extraña
que desconozco en su mirada,
la observo, con un mirar
que descuida las defensas,
las carcazas del tiempo
sobre los pliegues de piel
que esconden mis huesos débiles
de tantas entregas,
hay en donde dicen que habita el alma
entre los huesos y la carne de los días
entre la sangre derramada
sobre sabanas húmedas,
ella, con su belleza que engaña
corazones dispuestos a morir
por su entrepierna, deposito de las
ansias del mundo, me ve, parte
y se va mirando sobre su hombro
cualquier atisbo de amor inútil.

Hoy

hoy se y reafirmo
que las frutas poseen olores
que aun desconozco,
que el alba rompe contra
las pupilas abiertas
como ventanas que dejan
entrar la luz al ojo,
que el sol quema
en esta época el año,
que los pajaros
hacen nidos sobre
las cornizas
a falta de arboles,
que hay mariposas
de un amarillo destellante
antes invisiblemente perceptibles
por la prisa.

Hoy se y reafirmo que el viento
posee la voz de los muertos
y que basta sentarse y dejar la prisa
para dialogar con ellos.

Hoy se quien mueve las hojas,
el alma extinta,
ese suspiro que al irse
nos deja el cuerpo vacio.

Todos huerfanos

Han de matar a un hombre
dejar a la mujer sin hijos
y a un hijo huerfano de padre,
han de matar a un hijo
y matar al anhelo de un padre
y a una madre huerfana de hijo,
han de morirse todos
y dejar hijos huerfanos de padre
padres muertos de anhelos
y huerfanas madres de hijos,
han de matar a Dios
y no existirán padres, ni madres,
ni hijos muertos de anhelo
y huerfanos de Dios.

Para mi hermano Alberto Mayorga
y su dolor que le acompaña.

En caso de accidente


Levante la tapa,
jale el seguro,
retire el cordón,
empuje el cristal,
retirelé al corazón
esa ausencia,
saquele los ojos
a esa esperanza
marchita,
y salga a observar
la tarde,
destape una cerveza
por cada amargura,
embriaguese el alma
hasta secar el vació
y pruebe otros labios
vacíos de ausencias,
y de cualquier amor de paso.


Este instinto

Tan mio, tan dulce,
tan salvaje, tan deshumano,
este callar de diálogos de carne
de la relación intrínseca
de los sexos abrazados,
del silencio de las bocas deslenguadas
y las carnes desveladas,
es la división de Dios-Hombre,
de Moral-Deseo,
la transgresión Humano-Animal,
la separación de Ser-Social,
conjunto de sensasiones satisfechas
a través de los cuerpos,
exquisito jugo del vientre amargo
de Mujer-Animal,
desmatrimoniados del papel, amantes libres,
desmontaje de la Norma-Ley Natural,
Deseo-Necesidad,
sexo, disfrute de las carnes.

Adiós

Perpetuo adiós de mujer
y caricias sin destinatario,
cartas sin membrete
y posdatas de despedida.

y todo en un abrazo al viento.

Me quedan los recuerdos

Las fotos de los viajes,
los souvenirs, las cartas
y los recuerdos de alcoba.

Los boletos del cine,
los recorridos de ida y vuelta,
porque fuimos turistas y no aventureros,
nos falto viajar más para conocernos menos.

Despedida

Sus ojos anuncian catástrofe
del momento,
sus labios son ira
que esta por estallar.

Un zarpazo, una cachetada
y un adiós que es para siempre.

¡hasta nunca!, no es hasta luego,
¡espera!, ¡no! ya he esperado demasiado.

Quien

Quien disfruta los muslos de mujer extraña,
desifra los misterios de vientres estériles,
cohabita las ausencias y los desengaños,
reacomoda las piedras del jardín de su agonía,
junta retazos de melancolía,
recuerdos marchitos del dolor pasado,
recita versos a oídos hechos
para sus propias prisas,
en sus distancias tiene hijos y muchas putas,
esposas inmaculadas en sus múltiples camas
de lujuria.

Nada ha de salir de las paredes
de su pecho donde habita
un corazón de hombre marchito,
no tendrá voz para gritar los nombres
de sus múltiples ausencias,
romperá con el silencio en llanto
en los funerales
de los parientes desconocidos,

Habrá de jugar a enamorar vírgenes
en las iglesias,
saldrá a fecundar óvulos de madres
sin hijos,
y arrancara una sonrisa
a sus propias tristezas.

Despertar

Hay una breve sonrisa al escuchar como rompe la mañana contra los cristales de mi alcoba, una luz segura de si entra hacía un rincón del cuarto iluminando en su trayecto un espacio en linea recta, que mas bien pareciera un puente por donde entran y salen los fantasmas de mi mente, un perro rompe con el silencio prolongado de la noche en sueño, espanta mi muerte en la ventana, las cobijas a esa hora pesan como cuerpos apilados de cansancio. Es hora de empezar rutina.

Soy de esos poetas

Soy de esos poetas parásitos de la luna
que en constante pecado de gula
ha dejado huellas sobre la superficie,
cráteres de dolor y angustia,
cráteres de amor y deseo,
cráteres llenos de llanto congelado,
cráteres de lujuria contenida
entre los muslos y la carne.

Soy de esos poetas que habitan
como gusano en la manzana, dentro,
comiendo de los vientres lunares
que tantos poetas han dado a luz.

Poeta alacrán, alacrán poeta
alimentado del vientre de su propia madre.

Soy de esos poetas parásitos de la luna
que un buen día acabará´por extinguirla,
¡lo bueno es que los poetas también son mortales!

Sin titulo

Hay dias que se piensa
demasiado en la muerte,
cuando soledades se encuentran
no se piensa en ella,
se hace a un lado
como aquella novia eterna
que siempre vuelve al pensamiento
cuando uno esta solo
ahogadode palabras muertas,
o cuando en esa impenetrable ausencia
de si mismo se preguntacualquier cosa
y se responde; muerte.

Hay días en definitiva,
que no se piensa más en al muerte,
cuando es que se ha enamorado de ella
o imprescindiblemente cierra
las puertas del cuerpo por donde
nos roba el alma.



De reproches diestros
capaces de romper
con la tranquilidad de un alma.


itinerario de un día soleado.

desayuno, pensando en ti,
almuerzo, pensando en ti,
comida, pensando en ti,
cena, pensando en ti,
si me pagaran un salario justo
por pensarte dejaría el trabajo
para dedicarme a pensar en ti
como eso no pasará mejor
me dedico a olvidarte.

Sin titulo

hoy
no guardo
soledades en un bolosillo,
no enveneno el alma
con besos desterrados,
hoy no me voy con ustedes,
me quedo aquí
donde solo existe el rumor
de una voz desahogada,
donde un murmullo
de viento y flores
me hará sonreir una tarde,
aqui me quedo
bajo cielos incendiados,
mar de cielo
y dialogo de cama, de acera.

Triste Señora

Porqué está triste
de sus ojos se le cae el corazón
a pedazos,
su boca pide clemencia
de un crucificado.

¿que contiene su rezo
que se le escapa del pecho el dolor
y las mil angustias de sus hijos distantes?
¿hacía donde se encuentra Dios
para dirigir la mirada?
solo para ver si sus ojos la miran.

¡Decidme hacia donde van sus rezos,
en que parte del cielo se encuentran
sus plegarias!
solo para saber que este ejercicio
de hablar con Dios no es una perdida
de tiempo.


No me extrañen


No me extrañen
a veces tambien grito
mi nombre para ver
si me lo devuelve
viento.

Solo regresa un aire
encarnado de mil angustias,
un viento frio de polo norte
una caricia añeja y desgarrada
del recuerdo de mi infancia,
oh! infancia alegre.

Regresa el otoño en mi ventana
aunque este cuarto no las tenga,
es el viento del invierno
el que toca a la puerta para que yo salga,
es mi soledad la que abre y lo despide
para que no salga a jugar,
vuelve la cerradura al cerrojo
para que no escape,
lo que mi soledad no sabe
es que tengo puertas y ventanas
que en este cuarto no existen
y se abren al cerrar los ojos
y la dejo sola con la masa
que yace inherte en su cama
de mil tristezas y alegrias.



LOS DOMINGOS NO SE MUERE

Los domingos no se muere
Se descansa, se toma aliento,
Se prepara el cuerpo
Para morir el resto de la semana
Entre monotonías de oficina
Y horarios que comienzan
Sin sol y terminan con luna,
Se muere entre el trafico
Y su sinfonía de claxon,
Entre el sonido de fábrica
Y máquina de coser,
Se muere en el fregadero entre la lavadora
Y la telenovela de las tres,
En el asiento del taxi y la micro,
Entre el crucero y los parabrisas
Entre malabares y bocanadas de fuego
Se muere a diario.

Los domingos
Los parques se llenan de vida,
Se reza a los santos, se alaba a Dios
La mesa se sirve para siete y no para dos.

La tía viene a comer con su don Pedro,
Paco siempre viste de fútbol,
Mama preparo enchiladas con agua de horchata.

Los domingos la muerte descansa
Se da el día libre, descansa en las mesas
Entre el día de campo en Chapultepec,
El partido de los pumas y la reta de fútbol,
Espera a que llegue el lunes y llega en forma
De jornada sin fin y salarios deprimentes.

Pero lo que se sabe y es cierto
Es que el domingo no se muere
Bajo ninguna circunstancia ni de broma,
Los domingos se piensa en morir
Así lo dice Luis, lo dijo Gaby y lo grito Víctor,
El domingo en la mesa entre el cigarro
Que se extingue entre la plática de la tía
Y el discurso de Lalo
Que salió el lunes
Para morir en la oficina.


SON JAROCHO

Son de mi tierra,
Jarana, jarocho,
Copla del alma
Honda rima
Del corazón alegre.

Sombrero, guayabera
Y botín
Versando vidas
Andando veredas.

Juglar de pueblo,
De plaza, de parque,
Voz de un silencio crudo,
Cantar de vida,
Rocío de senda,
De montes, de selva.

Voz de voz
De la voz de aquel,
De este, del otro,
Del nosotros, de ustedes.
Canto del ser
Letra improvisada.


MUERTE COTIDIANA

Muerte cotidiana
De ojos sin brillo
Y miradas ancladas en el vacío,
De rostros secos,
Sin sonrisa,
De monotonía sin fin
Con dieciséis horas diarias
Y trafico de ciudad,
Entre estrés y muchedumbre,
Muerte lenta, fin dilatado.

Al final el rincón
Que reserva al olvido
Donde los pensamientos paran
Y el movimiento cesa,
Donde la vida enamorada
Ha partido del brazo de mi amada muerte,
Donde el cuerpo se pudre
En su morada de cedro y oropel,
Donde la monotonía tiene fin.