sábado, 15 de mayo de 2010

Dialogo entre un artista y un científico

Dialogo entre un artista y un científico

C: Estimado amigo, ¿sigue usted pintando la Nada? Porque hace tiempo que no lo veo brotar en sus obras.
A: Evidentemente pintar la nada ya es algo. Pero como lo he dicho en otras ocasiones, trabajo incesantemente con el pensamiento.
C: ¡Bueno, eso hacemos todos aunque no nos demos cuenta!
A: Me refiero a dirigir mis pensamientos como trazo de pincel. Pero dígame qué es para usted el arte.
C: Esa es una pregunta tajante. Pero, veamos… Podría ser la versión de un estado mental.
A: ¡Sorprendente respuesta! Digna de un hombre que piensa. Pudo haber dicho que el arte es una expresión humana, pero no. ¿Sabe que su respuesta se parece a la aseveración de Leonardo Da Vinci?, Él dijo: “el arte es cosa mentale? Con esa frase desacralizaba y secularizaba al arte.
C: No sabía que Leonardo lo había dicho así y estoy de acuerdo. Yo hablé así por referencia al conocimiento contemporáneo de nuestro cerebro. Las neurociencias han dado algunos pasos tras el edificio de la mente.
A: En arte no habríamos de ocuparnos de ella si no en sus objetos o, de frente a ella, de los sujetos. El surrealismo produjo los monstruos más emblemáticos con “el sueño de la razón” como anticiparía en su grabado el genial Goya, y al poblar nuestra imaginación con estos híbridos nos liberó.
C: Sí, pero el sueño son patrones de actividad cerebral muy específicos y cada vez mayormente caracterizados.
A: Pero saberlo no habría condicionado la producción de Buñuel, Magritte, Dalí, Bretón y otros.
C: ¡Claro que no! lo que digo es que el genio tiene un lugar en el cerebro, la expresión artística un mapa de correspondencias neuronales. Y dios no duerme.
A: ¡Ah! la poesía del sabio! Lo ha dicho muy bien, pero, a ver... qué pasaría si lo que está adentro es lo que vemos fuera o viceversa.
C: Esa es una cuestión metafísica.
A: ¡No, sólo sigo sus ideas! Mire, usted habló de mapas cerebrales lugares físicos donde se gestan las ideas. Bien. Yo digo ¿y si las formas en el arte son esas rutas?
C: Comprendo. Está usted inspirado.
A: O, mejor, ¡estoy haciendo Arte!
C: ¡No por favor, no empecemos con esos cuentos.
A: Mire amigo, la inspiración también podría ser cosa mental.
C: De acuerdo, pero de eso, a que con pensar esté haciendo arte!!!
A: Y, ¿Cuando usted piensa sobre algún experimento, ¿está haciendo ciencia?
C: Bueno, así de fundamental no lo sé. Lo que sí sé es que…
A: “Piensa, luego existe” ¿no?
C: ¡Es hábil! Lo que digo es que el pensamiento científico puede basarse en métodos deductivos, pero a fin de cuentas habrá que llevarlo todo a la experimentación si queremos comprobar una proposición.
A: Elocuente, pero antes de su método, justo cuando vincula su experiencia previa de lo que quiere indagar con su más probable consecuencia, ¿no hace ya en ese acto mental un, digamos, pre-hallazgo?
C: Bueno, sí. La ciencia es una pregunta, una buena pregunta y su respuesta potencial es el resultado de adaptar uno o varios modelos experimentales. ¿Sabe?, aún si la hipótesis deba rechazarse.
A: ¡Con qué eso es la ciencia!, le diré algo, creo que el arte tiene un origen similar, quiero decir, parte de un pensamiento cuya pregunta, aunque existe, no es explícita, y se atiene más a, digamos, inventar muchas respuestas, las más inmediatas, las más absurdas, las más representadas, las más lejanas, las más desproporcionadas, en fin, constituye una respuesta expresiva.
C: Pero no explica
A: A su manera
C: No hay generación de conocimiento
A: Por supuesto que lo hay
C: No se hacen modelos que expliquen al mundo.
A: Conocer es ya un modelo
C: Pero ponga un ejemplo, porque estamos hablando muy ligeros
A: Bien. Picasso y Braque. Luego vinieron otros, pero estos artistas desconstruyeron la tercera dimensión y ante nuestros ojos la reconstruyeron en dos. La relatividad de Einstein, debe ser un modelo matemáticamente hermoso. El cubismo, en pintura, siendo estéticamente unas formas bellas son elaboraciones basadas en el conocimiento.
C: Me gusta su ejemplo y, ahora quiere ir más allá, proponiendo una estética para la ciencia, ¿no?
A: ¿Porque no?, ¿olvidó usted el “sueño de Kekulé” y el anillo de benceno, o el modelo de Watson y Crick? Quizás la estética esté antes que el arte y la ciencia misma.
C: No lo sé, pero recuerdo ahora un buen ejemplo de su empeño por asociar a la ciencia con la estética. Recientemente un grupo de astrónomos han estudiado el movimiento y la trayectoria de ciertas galaxias. Su modelo coincide extrañamente con los remolinos que Van Gogh pintó abundantemente en sus cielos expresivos.
A: ¡Ya nos estamos entendiendo camarada, me gusta el ejemplo!
C: Pero hay más. Otros más se han atrevido a reconocer en cuadros del pintor genial, con base en sus trazos y patrones, modelos de dinámica no lineal.
A: ¡A caray!, ¿y qué es eso?
C: Bueno, aunque soy científico no tengo especialidad en las ciencias exactas, pero se refiere a comportamientos de la materia y los seres vivos que no ajustan a predicciones en sus formas y movimientos de manera consistente. ¡Vaya son un caos!
A: Vaya… entonces… ¿la mente de Van Gogh, su trazo, el cuadro, la galaxia y sus remolinos son de la misma naturaleza, hay correspondencias?
C: Es posible. Se me ocurre pensar… ¿conoce los fractales?
A: Sí los he visto. Parecen obras representativas de la abstracción geométrica. Un poco sicodélicas.
C: Así es, lo interesante es que representan la forma en imagen de ecuaciones matemáticas reiteradas.
A: Son formas que repiten su forma al infinito ¿no?
C: Pero dígame, porque me quedé a medio camino. Tal parece que usted piensa que el arte puede tener algo de ciencia.
A: No en estricto sentido, pues entonces el artista haría ciencia y dejaría de ser artista para volverse científico y, entonces no se conformaría con permanecer en el laboratorio
C: Eso es una tautología, sea más explícito
A: Mire, el arte ha cambiado en cada época. En la actualidad el arte goza de una paradójica libertad, extrema libertad. Voy a comentarle algo, en los sesentas la cosa cambió para el arte radicalmente. Nació el arte conceptual.
C: ¿Qué es eso?...algo he oído hablar
A: En efecto, ha oído hablar y no le ha parecido ver, pues lo que sufrió el arte fue un cambio de paradigma. Se cambió de alguna forma la belleza por la idea.
C: ¿Quiere decir que el arte murió?
A: ¡Caramba! habla usted como filósofo apocalíptico. La posmodernidad anunció la muerte de todo, el fin de la historia, del arte y, Dios ya había muerto con Nietzche.
C: No recuerdo de dónde es esa frase, pero se hacía referencia a los cánones, la tradición y la función del arte.
A: Sí, tiene razón, esas características cambiaron. Los artistas dejan de pintar, elaboran ideas y si acaso, las presentan en su estatus fundamental. No se persigue conmover o atrapar al espectador en el virtuosismo o la magia perversa de la belleza. Ahora busca contrariar, hace pensar, si el espectador decide poner atención.
C: ¡Ya veo!, por eso estuvo de acuerdo conmigo sobre una definición de arte desde el inicio de nuestra charla
A: Sí…
C: Pero, ¿cómo puede el arte salir a explorar ideas sin dejar de ser arte?
A: ¡Muy buena pregunta. Bien planteado! El asunto es saber a qué responde lo que entendíamos como arte. En su expansión, la experiencia estética promovió un concepto ampliado del arte. Quizás agotado de cumplir funciones, primero ajenas a su propio desarrollo, como el arte llamado “clásico”, luego adoptando funciones de transformación social y, a la par, aquellas exploraciones sobre sí mismo, tanto formales como conceptuales.
C: Espere, recuerde que usted es el artista y yo el científico. De ejemplos.
A: Bien… Arte clásico, Miguel Ángel: arte simbólico. Arte realista, Courbet. Arte replegado hacia sí mismo: los impresionistas. Luego, Siglo XX, Arte de vanguardia: los “ismos”, del dadaísmo que fue la pura rebeldía en el arte, hasta el expresionismo abstracto. Después de la segunda guerra mundial llegamos al arte conceptual.
C: Bien, entonces, estamos con las ideas como objeto del arte.
A: Así es, el arte comienza a ver lo que se hace en el mundo. Fuera de su esfera y entonces se vuelve sincrético, se interesa por todo, por la tierra, por lo mínimo, por el cuerpo, el lenguaje, las palabras, los discursos, la política
C: ¿Y por la ciencia?
A: ¡Exacto!
C: Pero ¿cómo pueden los artistas hallar materia prima fuera de su esfera?
A: Hay dos cosas. Una es, que hubo un cambio de soporte. La bidimensión de la tela y la materialidad plástica de la pintura y otros materiales fueron, digamos, negados, extendidos, rebasados, redimensionados, en fin, se exploró con la inmaterialidad de la imagen, el arte electrónico, o con la presentación de la idea con la acción del “performance”, o bien, los objetos comenzaron a formar parte de un sistema simbólico replanteado con las llamadas “instalaciones”.
C: ¿En qué sentido alcanzan, entonces, sus planteamientos lo que entendemos por arte?
A: En realidad, el artista avanza solo, le sigue la crítica y luego el público. Las experiencias estéticas llegarán tarde o temprano para formar los nuevos sentidos del arte.
C: ¿Cómo entra la ciencia según usted?
A: El artista contemporáneo está interesado en demostrar la estética del mundo
C: Eso ya lo hacían los artistas del pasado
A: Sin duda. Me refiero a que se ha llegado a la pregunta que se hace el científico sobre la naturaleza de las cosas
C: Pero la ciencia a tenido un desarrollo y un progreso
A: En el arte no hay progreso
C: ¿Entonces?
A: Es una cosa mental…
C: ¿Son mejores artistas que los hombres del paleolítico?
A: De ninguna manera. Solo nos representamos al mundo que hemos descubierto tras el desarrollo humano de manera diferente
C: Entonces hay desarrollo
A: De la técnica sí. De la ciencia.
C: Luego, entonces ¿cómo puede el artista, intemporal, usar a la ciencia como soporte?
A: Usted lo ha dicho, al artista le fascina lo que el hombre de ciencia describe y descubre, ve, observa y analiza.
C: La ciencia, mi querido amigo, tiene una faceta teleológica. La búsqueda del conocimiento tiene implícita la transformación de sus objetos y en ocasiones un propósito mucho más concreto.
A: ¿quiere decir, una finalidad práctica?
C: Así es, el conocimiento de la ciencia se traslada a la realidad, mediante la tecnología y así se concatena con la siguiente pregunta.
A: ¿Será esa una diferencia con el arte? Usted sabe, el arte, es inútil, ocioso y pertenece a esa zona intangible de la cultura.
C: Me parece que así es.
A: Después de todo, el artista no trasciende al objeto de la ciencia, sino al sujeto del arte.
C: ¿Quiere decir que el objeto de la ciencia se transmuta al objeto del arte?
A: Sí, y el sujeto del arte simula al de la ciencia
C: Entonces, ¿qué hace con esas transferencias?
A: ¡Juega en serio!
C: ¿Se puede hacer algo con esa paradoja?
A: Mire, una máquina que tiene como principio el motor, que sólo reproduce el movimiento no sirve para nada. Un grupo de televisores revelando imágenes asincrónicas, se coloca chips en el cuerpo, fotografía el material microscópico, captura los ruidos las cosas…!eh¡
¿Qué le parece un retrato basado en el código genético?
C: A ver, ¿cómo es eso?
A: Bien, suponga que yo construyo un código según algunos rasgos físicos de mi rostro. Luego le asigno a cada carácter una secuencia de letras, que usted conoce bien.
C: ¿Qué letras?
A: Del código genético
C: ¿A, T, C y G?
A: Exacto! Finalmente traduzco ese código a la secuencia de una proteína.
C: ¿Qué sentido tiene eso?
A: Según sé es posible hacer un modelo tridimensional hipotético.
C: Claro. Pero, ¿a qué lo llevará esto?
A: ¡Habré hecho mi retrato molecular
C: ¡Es una broma!
A: Puede ser, pero está basada en conocimiento.
C: ¿Será arte eso?
A: Quizás la secuenciación del genoma humano sea la estética de una nueva piedra Roseta.
C: Es más que un jeroglífico
A: Más o menos, el artista está atento a esculpir, pintar o pensar la frase anotada allí donde se pronuncie lo que es.
C: Veo que lo entusiasman las decodificaciones
A: En arte, decodificar, deconstruir, es crear
C: ¡Ya veo!, en ciencia decodificar es conocer
A: ¡Ya está!, ergo, crear es conocer
C: No, conocer es crear
A: Me ha dado la razón, usted es un nuevo tipo de científico ¿o un nuevo tipo de artista?
C: ¡Y usted un nuevo tipo de loco!
A: Gracias, eso también es cosa mental.

Eduardo Flores Soto

No hay comentarios:

Publicar un comentario