jueves, 29 de julio de 2010

LA OTRA EUROPA: POETAS DE EUROPA ORIENTAL.

LA OTRA EUROPA: POETAS DE EUROPA ORIENTAL.



JAROSLAW IWASZKIEWICZ.

EL VIEJO POETA.
I
El poeta dice:
Mujer ¿No ves estas dos moscas inmóviles
Sobre la repisa de la ventana
Matadas con el insecticida?

No valen mas para el universo
Que nuestros queridos perros
Muertos que yacen bajo esta piedra.

¿Recuerdas la palabra “Tropka”
Cuando le decíamos algo
Y el no entendía
Arrugaba la frente, se concentraba
Y no entendía?

Era un animal

Mira, nos hablan nubes
Auroras estrellas
Vientos
Y tampoco entendemos

Nos hablan espacios celestes
Árboles que florecen
Hablan flores
Crecen
Y hablan
Y no entendemos

Así será

Nos quedaremos en el universo
Cual dos moscas muertas
Dos perros tirados
Cual dos puras nadas
Ellos también amaban
Y querían entender





TADEUS ROZEWICZ

LA ESPINA.

No creo
No creo desde que abro los ojos
Hasta cerrarlos

No creo desde una orilla
Hasta la otra
De mi vida

No creo
Con la misma profundidad
Con que mi madre
Creía

No creo
Al comer pan
Al beber agua
Al amar un cuerpo

No creo
En sus templos
En sus curas en sus signos

No creo
Al pasar por la calle de una ciudad
Por el campo
Bajo la lluvia en el aire
Dentro del resplandor
De la anunciación

Leo las parábolas
Rectas como la espiga del trigo
Y evoco a un dios
Que no sabía reír

Pienso en un dios
Pequeño y sangrante
Que yace
En los blancos lienzos de la infancia

Pienso
En una espina que desgarra
Nuestros ojos nuestras bocas
Ahora
Y en la hora de la muerte


CUENTOS SOBRE LAS VIEJAS FEAS.

Me gustan las viejas
Las viejas feas
Malignas
Ellas: sal de la tierra
No les da asco la basura
Humana

Son ellas que conocen el revés
De la medalla
Del amor
De la fe

Las viejas
Vienen y van
Mientras los dictadores
Se hacen los graciosos
Mostrando sus manos en sangre

Las viejas feas se levantan
Junto con el sol
Compran carne frutas pan
Lavan hacen la cocina
Se quedan en las calles
Con los brazos cruzados
Y se callan

Las viejas
Son inmortales

Hamlet se agita dentro de su red
Fausto hace un juego vil y ridículo
Raskolnikov vate con su hacha
Las viejas son
Irrebatibles
Sonríen levemente

Muere el dios
Las viejas se levantan sin hacerle caso
Cada día
Compran pan vino pescado
Se muere la civilización
Las viejas se levantan junto con el sol
Abren las ventanas
Tiran la basura
Se muere el hombre
Las viejas
Lavan al difunto
Entierran a sus muertos
Siembran flores
Sobre sus tumbas

Me gustan las viejas
Las viejas feas
Malignas



STANISLAW GROCHOWIAK

LA SEPARACIÓN.

Debe haber una media noche
Que ya no veré,
La media noche del mundo
Y la de veinticuatro horas.
El tiempo y el espacio hilvanados
Con la única estrella,
Bajo la cual tan solo
Ha nacido la muerte.

El olor de la media noche yace
En los oídos de los muertos,
En las narices de perros pasmados,
En el sinfín de la nieve
Y en las medallas de porcelana
Por las que se asoman los niños,
Quietos al fin.

El sabor de la media noche pegado
A la mano aquella.
Cuando la toque sabía a hierro
Bajo un soplo de frió.
Desde entonces huyo a media lengua,
Desde entonces
Balbuceo.



MIRON BIALOSZEWSKI

AUTORRETRATO VIVIDO.

Me miran.
Quiere decir que tengo cara.

De todos los rostros que conozco
Del que menos me acuerdo es del mío.

A veces mis manos
Viven sin comunicarse
¿Tal vez sea mejor no sumarlas?
¿Dónde están mis límites?

Pues lo que me enerva
Es el moverme o vivir a medias.
Sin embargo siempre
Se arrastra en mí
Diminuto o lleno
Un atisbo del ser.

Cargándome
Cargo un espacio
Propio a mí.

Si lo pierdo
Significara que no existo.
No existo
Ergo no dudo.



ATTILA JÓZSEF

MAMÁ.

Desde hace una semana, en mi mamá
Solo pienso, abstraído; en mi mamá.

Con la chirriante cesta a la cintura,
Iba siempre al desván en su premura.

Yo era un hombre sincero todavía:
Chillaba, pataleaba. Le decía:

Deja para otro ese pesado y gran
Bulto, mi madre, y llévame al desván.

Sola se iba a tender, calladamente,
Sin regañarme, sin mirarme, ausente.

Y las ropas crujían, luminosas,
Revoloteando en lo alto, jubilosas.

Aunque para llorar es tarde ya,
Se cuan inmensa eres, mi mamá.

Flota en lo alto su agrisado pelo
Y echa su añil en el agua del cielo.

CZESLAW MILOZ

LA HUIDA.

Cuando nos escapábamos de la ciudad incendiada,
En el primer camino campestre volviendo atrás la mirada,
Decía yo: “Que la hierba cubra nuestras huellas,
Que en las llamas se callen los gritos de profetas,
Que los muertos a los muertos cuenten lo sucedido,
A nosotros nos toco crear una generación nueva y violenta,
Libre del mal y de la desdicha que ahí ha existido.
Sigamos.” Y la espada de fuego nos abría la tierra.


DEBE, NO DEBE.

El hombre no debe amar la luna.
El hacha en su mano no tiene que perder su peso.
Sus huertas deben oler a manzanas pudriéndose
Y llenar de ortigas, moderadamente.
El hombre que habla no debe usar palabras que le son queridas
Ni romper la semilla para ver que hay adentro.
No debe tirar la migaja del pan, ni escupir al fuego
(Así por lo menos me enseñaron en Lituania)
Si por la escalera de mármol sube un villano
Que intente hacer con su zapato una rendija
Para advertir si la escalera no va a durar.

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